Bronca en el Congreso por el machismo de Iglesias al designar a su sucesora

El machismo de Iglesias a vuelto al Congreso de los Diputados y ha generado una nueva bronca en la Comisión de Trabajo, donde Yolanda Díaz comparecía por primera vez con los galones de 'lideresa' de Podemos tras el anuncio de la candidatura del líder de Podemos a las elecciones de la Comunidad de Madrid. Un elección que ha sido decidida de forma unilateral por el propio Iglesias, al igual que decidió aupar a Montero como número dos el partido.

"Hablan mucho de igualdad en su partido y su propio líder nos ha dejado claro que ahí dentro las mujeres solo suben en el escalafón si se agarran bien fuerte a una coleta, que para eso son ustedes como el cuento de Rapunzel", ha denunciado el diputado del PP Diego Movellán durante su comparecencia en la comisión.

El desprecio de Errejón a Iglesias por "machista" redobla las opciones de Ayuso

 Unas palabras que han enfadado a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que se ha sentido ofendida y ha exigido al diputado que rectificase sus palabras, "impropias de esta cámara y que muestran un ejercicio claro de machismo".

Sin embargo, el diputado popular ha salido al paso de las acusaciones de la ministra y ha asegurado que "como me acusta de machista, que no lo he sido nunca, no tengo inconveniente en retirarlo porque todos sabemos cómo funciona su partido y los nombramientos", ha zanjado Movellán.

Y es que, las acusaciones sobre el machismo de Iglesias no son nuevas, sino que vienen de lejos. El ascenso fulgurante de Irene Montero o incluso las palabras del propio líder morado para justificar las razones por las que ocultó a Dina Bousselham que tenía guardada la tarjeta de su teléfono móvil "para protegerla" han puesto en tela de juicio el feminismo del que presume.

Incluso desde su propio espectro político, Más Madrid se negó a ir en una candidatura conjunta con Podemos precisamente por ello. La candidata del partido de Errejón, Mónica García denunció que "las mujeres estamos cansadas de hacer el trabajo sucio, para que después, en los momentos históricos, nos pidan que nos apartemos. Hemos demostrado con creces que podemos frenar a la ultraderecha sin que nadie nos tutele". Una tutela que Iglesias quiere seguir ejerciendo incluso hasta para designar a una sucesora.