Los 546 años de prisión de los 44 etarras de Bildu: la “equivocación” de Sánchez

Con una estrategia comunicativa y política diseñada con gran improvisación y a la desesperada, el PSOE consiguió que la falsa renuncia de los siete condenados por asesinato, que siguen figurando en las listas municipales de Bildu -como contamos en ESdiario-, eclipse a los otros 37 etarras igualmente condenados. Solo se habla de los siete con delitos de sangre y muy poco se sabe de los otros 37 etarras que no han hecho el mínimo amago de renunciar a recoger sus actas de concejal tras el 28M si salen elegidos.

Al igual que ocurrió con la malversación, la estrategia de los gurús de Pedro Sánchez es evidente: separar entre etarras buenos, los que no fueron condenados por delitos de sangre, y etarras malos, los que sí. De 44 etarras malos que figuran en las listas de Bildu pasamos a, tan solo, 7; los 37 restantes no son una “equivocación”, en palabras del Presidente del Gobierno.

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Los casi 600 años de prisión que suman los 44 etarras de Bildu

Si tenemos en cuenta la suma total de las condenas de los 44 etarras de Bildu, sin distinción entre buenos y malos, se aprecia con claridad la gravedad de lo perpetrado por los convertidos en socios preferentes del Gobierno: están condenados a un total de 546 años de prisión. Suma que ha ratificado el catedrático en Derecho, Roberto Blanco Valdés, en su columna para La Voz de Galicia. 

“Algunos incluso van en las listas con su nombre y el apodo que tenían en ETA”, han denunciado -con un profundo malestar- las víctimas de ETA. Y no solo eso. Se presentan, además, en los municipios en los que residían sus víctimas.

Es el caso de, por ejemplo, Agustín Muiños Diaz ,'Tinin', número seis en la lista del municipio alavés de Legutiano, condenado a 29 años de prisión por asesinar a José Antonio Julián Bayano, dueño de un club nocturno. Similares casos son los de Begoña Uzkudun Etxenagusia, número tres en la lista municipal de Régil (Guipúzcoa), condenada a 18 años por el asesinato de José Larrañaga Arenas, concejal de UCD; o el de Juan Ramón Rojo González condenado a 30 años por el asesinato de Gil Mendoza y Asier Uribarri Benito.

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Los otros 37 etarras en las listas de Bildu

Más allá de los siete etarras condenados por delitos de sangre, esto es, por asesinar, los otros 37 acumulan también altas penas de prisión. EH Bildu es un partido liderado, además, por Arnaldo Otegi, un condenado por secuestro y por actuar bajo las órdenes de ETA, y David Pla, el último gran jefe de la banda terrorista.

Entre esos 37 etarras condenados que figuran en las listas municipales de Bildu se encuentra José Ángel Biguri Camino. El que es número 3 en la lista a la alcaldía de Aiara fue condenado primeramente a 14 años por esconder en su caserío a miembros de ETA y, posteriormente, a 51 años por el atentado terrorista contra el cuartel de Llodio, en 1988, del que salieron heridos dos guardias civiles.  

Otro alarmante ejemplo de esos supuestos 37 etarras buenos de Bildu, es el de Sara Majarenas Ibarreta, número 10 en la lista a la alcaldía de Astigarraga, que fue condenada a 13 años y 10 meses de prisión por, entre otros delitos, conformar junto a Miguel Orbegozo el ‘comando Levante’ cuyo objetivo era asesinar, además de a policías y militares, a la exalcaldesa de Valencia Rita Barberá. Una operación policial a tiempo lo impidió. 

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Otro ejemplo es el de Iñaki Gonzalo Casal, suplente número 3 en la lista a la alcaldía Getxo, condenado a 67 años de prisión por pertenecer a ETA y colocar varios explosivos -que, por suerte, no mataron a nadie-, además de por tenencia ilícita de armas y por falsificar documentos oficiales para ayudar a la banda.  

María Teresa Toda Iglesia, número 3 en la lista a la alcaldía de Hernani, cumplió una condena de 7 años al acreditarse que su cargo como subdirectora del periódico Egin lo desempeñó bajo la tutela directa de la banda terrorista, habiendo sido clave para que ETA pudiera, así, perpetrar asesinatos, secuestros y atentados.  

Por su parte, Andoni Lariz Bustundui, número 1 en la lista a la alcaldía de Cenarruza-Bolívar, fue condenado a 5 años y 3 meses de prisión por pertenecer al aparato logístico de ETA para que pudieran ejecutar sus objetivos terroristas.

Lander Maruri Basagoiti, otro de los considerados como etarra bueno que no tiene que renunciar, fue condenado a 16 años de prisión por su acreditada complicidad en el asesinato en 1997 del Guardia Civil José Manuel García Hernández.

El número 5 en la lista a la alcaldía de Basaburua, Iker Isiegas Garisoain, tampoco tendrá que renunciar a su acta de concejal a pesar de haber sido condenado a 3 años de prisión por intentar colocar un artefacto explosivo en un banco de Pamplona. 

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La estrategia de La Moncloa, conjuntamente con Bildu, parece que surtió efecto: nadie habla de todas estas alarmantes condenas y, mucho menos, piden, tan siquiera, un intento de renuncia a ir las listas de Bildu. Todo se ha focalizado en los 7 etarras condenados por haber apretado el gatillo.