| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Irene Montero y Ángela Rodríguez 'Pam', de Unidas Podemos, contrarias a la reforma de la ley del 'solo sí es sí' del PSOE
Irene Montero y Ángela Rodríguez 'Pam', de Unidas Podemos, contrarias a la reforma de la ley del 'solo sí es sí' del PSOE

El 8M más polarizado: Irene Montero en 'guerra' con el PSOE por su ley

Hugo Pereira analiza la reforma de la ley del 'solo sí es sí' del PSOE, apoyada por PP, VOX y Ciudadanos, rechazada por Unidas Podemos, y en vísperas del 8M: el daño ya está cometido.

| Hugo Pereira España

Más de 700 delincuentes sexuales condenados ya han visto como o bien su condena se redujo o bien, directamente, salieron a la calle. Y su beneficio, desgraciadamente, se ha convertido en el tormento de tantas mujeres víctimas de la barbarie machista: porque no solo son las mujeres asesinadas, sino que también las miles que son violadas, agredidas, abusadas, maltratadas física y psicológicamente por aquellos a los que Irene Montero, con su defendida ley, y todo el Gobierno, en general -por aprobarla en el Consejo de Ministros-, han beneficiado. Jamás en democracia tuvimos un gobierno tan abiertamente contrario a los intereses de la mujer, ergo antifeminista, por obra y omisión, como el de Pedro Sánchez. Y a los hechos nos podemos remitir.

Que no nos engañen. El daño ya está hecho y no cesará con la reforma: las condenas que hasta hoy han pedido su revisión, serán revisadas. Y, consecuentemente, el goteo de agresores sexuales beneficiados no se detendrá; continuará y por cientos. Y si ahora el PSOE rectifica, por cierto, copiando y pegando párrafos enteros de la reforma exigida -desde hace meses- por el PP, es por exigencias electorales. No por un reconocimiento, de facto, del gravísimo error cometido ni, en suma, por resarcir el daño provocado a las mujeres. No. La reforma del PSOE llega tarde y arrastro porque: 1) su socio de gobierno, Unidas Podemos, por su poder de presión aunado a ese sectarismo ‘antipunitivista’ conjugado con una profunda inopia jurídica y sobrenatural arrogancia ha impedido la urgencia de tal reforma y 2) la creencia de que esto no iba con ellos, al contrario, que iba a ser visto por la opinión pública -sus votantes socialistas incluidos- como algo de los ‘morados’. Si salía bien la ejecución de la ley, punto positivo para Podemos. Si salía mal, lo más probable pues muchos le habían avisado, punto negativo para aquellos con los que “no dormiría tranquilo”.

El problema devino cuando el grosso de la sociedad española entendió que el beneficiar a delincuentes sexuales era una aberración impulsada por el Gobierno de España en su conjunto, por ese Consejo de Ministros rojo y morado que dio luz verde a la aprobación de la ley que tiró por la borda tantos necesarios años de sacrificio y lucha feminista. 

 

El PSOE y Unidas Podemos sabían las consecuencias de la ley del 'solo sí es sí'

Porque todo se resume en una cuestión partidista y electoral. La ley del ‘solo sí es sí’ neutralizó potenciales votos al PSOE. Y eso no lo podían consentir -nunca mejor dicho- en semejante año de emborrachamiento electoral. Las consecuencias que esta fatídica ley iba a desencadenar las conocían. Vaya si lo sabían. Tanto es así que la propia Carmen Calvo ratificó que tanto ella como el exministro Juan Carlos Campo, ambos fulminados del gobierno más feminista de la historia [nótese la ironía], avisaron de lo que hoy día nos causa lamento. Y no solo ellos. El Consejo General del Poder Judicial, el Consejo de Estado, tantos otros expertos juristas y hasta el Código Penal en su artículo 2.2 recordaron que un principio rector, y básico, de nuestro Estado de Derecho es la retroactividad de las leyes penales que favorezcan al reo.

Si se diluyen dos delitos (abuso y agresión sexual), y por tanto se ha de bajar el rango inferior de las penas, aquellos delincuentes sexuales cuya condena exceda del nuevo intervalo dispuesto se están viendo -y más que se verán- beneficiados. Es lo que lógicamente iba a ocurrir con una ley dañinamente diseñada.

Y lo peor es que se están riendo de los españoles y, especialmente, de las mujeres a las que tanto dicen defender. Literalmente. Recordemos las carcajadas que se echó la secretaria de Estado de Igualdad, Ángela Rodríguez Pam, número dos de Irene Montero, al comentar la rebaja de penas de los agresores sexuales. Porque se la suda, se la trae al fresco, se la pela, se la refanfinfla y se la bufa, como diría Pablo Iglesias, líder in péctore de Unidas Podemos. Eso y porque es culpa de los jueces -en un 56% del total juezas [mujeres], por cierto- que son una panda de ‘marichulos’ que aplican mal su fantástica ley. Porque los de Unidas Podemos jamás tienen la culpa de nada. Normal. Semejante experiencia laboral y preparación académica que soportan a sus espaldas les provoca ser lo más parecido a titulares ministeriales, y altos cargos y cargas, mesiánicos [entiéndaseme, por favor, la ironía].

Ruptura en el Gobierno en vísperas del 8M: pierde Irene Montero y gana Alberto Núñez Feijóo

La ruptura, sin precedentes, entre PSOE y Unidas Podemos que hoy se evidencia en el Congreso beneficia al PSOE. Al menos en términos de marketing político y en este concreto caso. Si bien se palpa la inestabilidad de un gobierno plagado de ejemplos de crisis institucionales, al PSOE le conviene que la opinión pública perciba la ley del 'solo sí es sí' como un error meramente de Unidas Podemos, como explicábamos antes. Revertir, en fin, la situación. Y marcar, vía golpe de efecto, una profunda diferencia con su extremo izquierdo al que siguen tratando de fagocitar. Ya estamos en precampaña electoral, como quien dice, y denotar diferencias y discrepancias es 'ley de campaña'. El claro perjudicado es Unidas Podemos y el claro ganador es el PP con Alberto Núñez Feijóo e Isabel Díaz Ayuso como principales parapetos de esta ley ideológica mal diseñada y ejecutada.

 

Jamás cobró en España tanto sentido el color morado en un 8M. Porque este año, además de recordar la, por desgracia, creciente problemática de la violencia de género y las mujeres víctimas de semejante lacra social; este año, además, se certificará el retroceso que las mujeres han sufrido en derechos y consecuciones feministas a causa del gobierno más sectario y lego en democracia, el de Pedro Sánchez.