| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Los cinco "errores" de Sánchez en la foto de las alpargatas
Los cinco "errores" de Sánchez en la foto de las alpargatas

Los cinco errores de Pedro Sánchez en la polémica foto de las alpargatas

La puesta en escena del presidente con una foto simulando estar en primera fila desatan una enorme polémica en pleno aterrizaje del primer avión llegado de Kabul.

| Javier Rodríguez España

Cuando el primero de los tres aviones fletados hacia Afganistán aterrizó en España la pasada madrugada, con 55 españoles y colaboradores en su interior, es probable que Pedro Sánchez permaneciera durmiendo en La Mareta o que siguiera la operación desde un despacho habilitado en el Palacio regalado por el Rey Hussein de Jordania a Juan Carlos I donde éste vio morir a su madre antes de cedérselo a Patrimonio Nacional.

El contraste entre la desesperada situación de los cerca de 425 "españoles" que siguen esperando la evacuación del caótico aeropuerto de Kabul y el aparente relax del presidente, que a diferencia de Merkel, Macron o Johnson no ha interrumpido sus vacaciones en Lanzarote; ha suscitado una ruidosa tormenta política rematada por una foto bien simbólica.

En la misma, difundida por el propio Pedro Sánchez en Twitter y luego "cortada" por su servicio de comunicación en la web oficial de Moncloa, se le ve manteniendo una conversación con los ministros de Defensa y Asuntos Exteriores, Margarita Robles y José Manuel Albares respectivamente; con varios puntos controvertidos de los que no fue consciente hasta que trascendió el más llamativo de ellos.

 

Sánchez llevaba alpargatas, el típico calzado veraniego para ponerse al salir de la playa y acudir a un chiringuito o cualquier otra actividad de ocio pero difícilmente compatible con la tensión de una operación de evacuación y con la solemnidad que presidentes como los de Estados Unidos, Francia o Alemania pusieron en las comparecencias que el presidente español se ha negado a hacer en público o, como le exige el PP, en sede parlamentaria.

Pero no es el único detalle polémico de la imagen que ha auspiciado un debate nacional sobre las vacaciones de Sánchez, un objeto de controversia recurrente que ya desató tormentas casi desde el primer momento: desde el uso del Falcon para ir a un concierto de The Killers en Castellón, acompañado por su mujer, Begoña Gómez; hasta la clandestina invitación de un número indeterminado de amigos a Doñana de la que se negó a dar información pública.

En la imagen hay varios elementos cuestionables que parecen denotar una cierta improvisación para "fabricar" un despacho presidencial similar al de Moncloa: el primero, que nunca se identifica su localización en el mensaje original de Sánchez, en el que no explica desde dónde desarrolla ese encuentro telemático. Tampoco lo hace la página institucional de Moncloa, que ni siquiera incluye el vídeo en su canal de Youtube.

Sin la bandera de Canarias

Pero hay más. Según expertos en protocolo consultados por ESdiario, es discutible la ausencia de la bandera de la Comunidad Autónoma de las Islas Canarias en el despacho presidencial, pues si éste se considera una instancia pública, la enseña regional debería aparecer junto a la de España y la Unión Europea, que sí están presentes.

No es un tema baladí, pues lo recoge incluso la Constitución que, en su artículo 4.2, dice literalmente: "Las banderas y enseñas propias de las comunidades autónomas se utilizarán junto a la bandera de España en sus edificios públicos y en sus actos oficiales", siempre subordinadas a la enseña nacional que, según el artículo sexto de la ley 39/1981, ha de tener la posición central de máximo honor. 

Moncloa amputó la imagen de las alpargatas de Sánchez de su web oficial y el vídeo de su canal de Youtube

Los otros aspectos extraños de la imagen requieren de una búsqueda detallada para percatarse y todos ahondan en la sensación de artificialidad que indicaría la preocupación de Sánchez por estar desaparecido desde hace días y su necesidad de aparecer en público de alguna manera.

Uno es la aparente ausencia de teléfono, algo extraño en un despacho de uso habitual de todo un presidente. El otro, que apuntala la sensación de atrezzo preparado con urgencia, es la colocación de una jarra de agua en la mesa de Sánchez sin el necesario vaso. Y uno más, tal vez más puntilloso, es el bote de hidrogel reseco, que indicaría una falta de uso y su colocación para simplemente crear un "bodegón" presidencial.

 

Sea como fuere, la imagen estival de Sánchez no parece haber convencido a casi nadie, empezando por el jefe de la oposición, Pablo Casado, uno de los primeros en sumarse en las últimas horas a la pregunta "¿Dónde está Sánchez?" que se hizo viral tras constatarse la negativa del presidente a volver a su despacho a pesar de que los problemas se le acumulaban con la crisis en Afganistán, la ola de incendios, el "tarifazo" eléctrico o la polémica deportación de menores a Marruecos.

Sánchez no acude a Torrejón

Lo que está claro es que, pese a la lluvia de críticas, el líder del PSOE mantendrá sus previsiones y no volverá a Madrid hasta el viernes, si bien mantendrá un encuentro con sus ministros este mismo jueves para tratar de apagar el fuego prendido en su propia imagen.

 

 

Y mientras, de madrugada, ha saludado la llegada a Torrejón de Ardoz del primer avión de Kabul. Sin moverse de Lanzarote, eso sí, pese a que se había especulado con su traslado físico a la base madrileña.