| 28 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Las encuestas que maneja el PP son mejores que las publicadas.
Las encuestas que maneja el PP son mejores que las publicadas.

Un sondeo que favorece al PP mientras Pedro Sánchez rechaza un café de Iglesias

Los partidos preparan la carrera electoral con diferentes preocupaciones. Mientras el líder socialista trata de esquivar las dentelladas de Susana Díaz, Garzón no "traga" al de Podemos.

| Carlos Dávila España

Esto  es lo que hay: la última encuesta, seria encuesta, del Partido Popular arroja los siguientes porcentajes: PP, 29 por ciento; PSOE, 21; Podemos, 19;  Ciudadanos, 15 por ciento. Sondeo sin escaños porque la lotería del 26 de junio puede caer en los últimos bombos al menos en quince provincias diferentes, donde los partidos se disputarán, voto a vota y cara de perro, el último representante. Este es el estado de la cuestión; el estado de nervios es diferente menester.

Resumido queda así: el PP esperanzado y decidido a no dejar comerse las canillas por los otros tres; el PSOE, partido definitivamente en dos, a la espera de que Pedro Sánchez esquive la dentellada final de Susana Díaz en la noche de las elecciones; Podemos recogiendo toda la basura que existe a su alrededor que es mucha y en la confianza de que una vez Izquierda Unida ha quedado engullida, los socialistas no salgan vivos del velatorio; y por fin, Ciudadanos con un líder nervioso como una damisela virgen, y ofreciéndose a diestra y siniestra para lo que gusten mandar.

A Sánchez le ha llegado por anticipado la sentencia de la folclórica andaluza: “Lo mío va como un tiro lo tuyo es un desastre”, y el pizpireto candidato está dispuesto a tragar en la confianza de cómo Díaz quiere exhibir un triunfo en su región en la que, según dicen sus demóscopos puede quedarse con el escaño postrero de Jaén y Sevilla, la tregua vaya a durar este mes largo que queda para las elecciones. Pero no las tiene todas consigo, entre otras cosas porque no sabe qué hacer con Podemos: “¿decimos que nunca vamos a pactar con ellos?, ¿lo ocultamos en la campaña?”. That the question. O no, porque seguro que harán esto: silbar cuando se les pregunte por Pablo Iglesias al que sin embargo definen como un “mentiroso compulsivo”.

Iglesias torea a Sánchez y engulle al depauperado Garzón, un personaje de opereta bufa que odia a su congénere pero que le necesita para pagar la deuda de siete millones de euros que acumula Izquierda Unida

Sánchez y el equipito que aún le acompaña (lo del Gobierno en la sombra es peor que un chiste de Felisuco) se ha sentido clamorosamente engañado por Iglesias, un tipo de cuidado que quiso envolver al pobre Sánchez con un paseo por medio Madrid finalizado con un café, solo por favor, en el Círculo de Bellas Artes. Al fin a Sánchez le convencieron los suyos de que no hiciera el ridículo de aquella forma y sólo se avino a darse un garbeíto por las afueras del Parlamento. Lo peor es que los socialistas están en disposición de volverse a dar el pico con los soviéticos, unos desalmados políticos, tipo la Irene Montero que un día le dijo sin pestañear a los monagos del presunto y esbelto líder: “Si nos dejáis entrar en el Gobierno,  incluso  firmaremos vuestro acuerdo con Ciudadanos”, o sea una golfería en la persecución del sillón. Nada más.

Iglesias torea a Sánchez y engulle al depauperado Garzón, un personaje de opereta bufa que odia a su congénere pero que le necesita para pagar la deuda de siete millones de euros que acumula Izquierda Unida y la de los once que están en el debe de Iniciativa per Catalunya. Garzón ahora se muestra elusivo con el PSOE porque este partido le ha escuchado decir literalmente cosas como éstas: “Yo tengo un máster en Iglesias y os digo que guarda como único objetivo mataros en la primera cuneta electoral”.

Es decir, ahora mismo. Cada vez que los chicos (y chicas, perdón) esgrimen una “tímida recuperación” de posiciones, llega Bescansa con sus sondeos y les devuelve a la maldita realidad. Bescansa, que es casi tan antipática con los periodistas como el último Rivera, es de fiar en esto de los anticipos, buena discípula como es del maestro Julián Santamaría, el brujo de cabecera del Felipe González  al que se le atribuye la pasmosa peripecia que ocurrió aproximadamente a las seis de la tarde del día 12 de marzo de 1986, un cambio a favor del sí, 52% final, que a las 18.00 PM, nadie preveía. Tanto que Miguel Roca (entonces Miguel del Partido Reformista, ahora Miquel, abogado de Doña Cristina), llegó a confesar muy en privado: “Felipe González cree que ha ganado el referéndum; yo tampoco”..

Milagros

Milagros de antaño que nadie espera desde ningún partido para junio. Es probable que a estas horas ni siquiera los genios electorales de cada quien, sepan exactamente qué van a hacer durante los costosos e inútiles (el 80% del país ya tiene decidido su voto) días de campaña. El PP no quiere atizar demasiado a Ciudadanos por si Rivera le suma, pero siente nauseas por un partido que le ha robado no menos del tres por ciento de las voluntades españolas. El PSOE se debate entre pastelear con Podemos, lo más probable, y no dejarse llevar por el tremebundismo de Sánchez (“Usted es un político indecente, señor Rajoy”) que no le dio un solo voto más hace cinco meses.

Los de Podemos, tranquilos; con laSexta y la Cuatro que el PP les regaló, se bastan y sobran para rozar los noventa diputados. Queda Ciudadanos al que según parece le queda solo un poco más que Venezuela, el tirano Maduro, y, desde luego, las ocurrencias que pueda acumular Girauta, el versolari de Rivera, que sabe mucho del PP en el que militó cómoda y remuneradamente durante aquellos tiempos tan felices de Cataluña.