| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Casado y Egea, una huida hacia adelante.
Casado y Egea, una huida hacia adelante.

Casado se empeña en partir al PP encastillado con García Egea en Génova

El líder del PP y su mano derecha se atrincheran en sus cargos, desafían a los barones liderados por Núñez Feijóo, y lanzan el órdago final a siete días vista: la Junta Directiva el 28-F.

| Javier Ruiz de Vergara España

Ha sido uno de sus lunes frenéticos, con escasos -tal vez ninguno- precedentes en la larga historia del PP. Una de esas jornadas de infarto, con sus dosis de alta tensión, de esperpento político y de improvisación impropias todas ellas del principal partido del centroderecha en España, de un partido de gobierno y de la principal alternativa a Pedro Sánchez, en la que millones de ciudadanos tienen depositadas todas sus esperanzas de un futuro mejor.

Todo tras la decisión personalísima de Pablo Casado y Teodoro García Egea de desoir la advertencia unánime de los principales presidentes autonómicos, liderados por la voz autorizada de Alberto Núñez Feijóo, de dar la espalda a la evidencia, y de coquetear con una agonía mayor que amenaza con llevarse por delante a todo el PP.

 

 

Todo después de que el Plan A de Casado y su mano derecha y alter ego haya fracaso. A las 11 de la mañana estaba convocado el Comité de Dirección del partido, en teoría el órgano de mayor fidelidad al presidente.

De esta cita debía salir el cierre de filas tras el terremoto provocado por el espionaje a Isabel Díaz Ayuso y la acusación y marcha atrás de Casado contra ella. Era el contraataque al pie en pared puesto a primera hora por Feijóo, Ayuso, Juan Manuel Moreno y Alfonso Fernández Mañueco, que han exigido cirujía drástica y decisiones inmediatas para evitar alargar la sangría en el PP.

 

El Comité de Dirección del PP, en que Casado y Egea buscaban refugio, se han resquebrajado víctimas de la huida hacia adelante de los dos máximos dirigentes.

 

Pero tras cuatro horas de una reunión "descarnada y dura", en palabras de uno de los asistentes en declaraciones a ESdiario, Casado y Egea han visto saltar por los aire su propia coartada pora aferrarse al cargo.

Varios de los miembros de ese Comité de Dirección se han plantado, han alzado la voz, han reprochado al presidente y al secretario general que hayan ocultado sus maniobras contra la presidenta madrileña y han exigido dimisiones en lo más alto. Esos dirigentes han llegado a amenazar con dimitir ellos.

Tras constatar el fracaso de sus planes iniciales y mientras en las redes sociales y en público se multiplicaban las deserciones en el casadismo, Egea ha puesto en marcha su Plan B. Tras un parón para comer, han sido convocados en Génova 13 presidentes provinciales, cargos de segundo nivel, diputados y senadores afines a Casado. Una especie de prietas las filas con las que el presidente y García Egea han medido fuerzas frente a los barones.

Prueba de la improvisación y el caos de la dirección nacional, es que esta cita clave se producirá el Día de Andalucía, una coincidencia que ha provocado estupor e indignación en el PP andaluz.

Y tras ese desfile por el bunker de la planta séptima obligados muchos dirigentes a retratarse, ha llegado el desenlace provisional. Casado ha convocado la Junta Directiva Nacional dentro de siete días, el próximo lunes 28. Aunque aún no hay orden del día -su convocatoria debe efectuarse, por escrito, con una antelación de cinco días, salvo en casos de urgencia, según los Estatuto-, Casado tiene intención de convocar el congreso nacional del partido.

Prueba de la estrategia enrocada de la dirección nacional, es que esta cita clave se producirá el Día de Andalucía, una coincidencia que ha provocado estupor e indignación en el PP andaluz porque serán muchos de sus representantes en la JDN los que se tendran que ausentar debido a sus compromisos institucionales.

Son mayoría los dirigentes populares los que coinciden en que este lunes histórico y con tintes surrealistas no ha hecho otra cosa que certificar el "fracaso final" de Casado y Egea. Una "agonía" para el PP, televisada en público durante una larga semana más y cuya detonación lleva un mecanismo de efecto retardado. Justo para lo que Alberto Núñez Feijóo y los barones se habían conjurado en evitar.