| 16 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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La dependencia del PSOE de Podemos, ERC y Bildu condicionan las políticas de Estado más delicadas.
La dependencia del PSOE de Podemos, ERC y Bildu condicionan las políticas de Estado más delicadas.

La Comisión del CNI lleva dos años bloqueada por las exigencias de ERC y Bildu

El "lobby Frankenstein" que lidera Podemos quiere a Rufián y Aizpurua en la comisión de los secretos más sensibles del Estado. Pero, en este caso, sus votos no son suficientes.

| Javier Ruiz de Vergara España

La intención de Pablo Iglesias de llevar a Bildu, junto a ERC, a la "dirección del Estado" ha provocado una derivada en el dosier más sensible del Gobierno, los Servicios de Inteligencia y los más delicados secretos que afectan a la seguridad nacional.

La pretensiones de Podemos, al frente de la coalición Frankenstein que sostiene a Pedro Sánchez en La Moncloa, han provocado el bloqueo total en la llamada Comisión de Control de los créditos destinados a gastos reservados. La popularmente conocida como Comisión de Secretos Oficiales y/o del CNI, permanece inactiva y cerrada a cal y canto desde hace casi dos años.

Por concretar, desde el 3 de marzo de 2019 no comparece un ministro socialista o de la llamada coalición progresista para dar cuenta del uso de los fondos reservados asignados a sus respectivos ministerios.

El motivo es que para la constitución del órgano más sensible del Congreso (por la información que en ella se maneja) no le bastan los votos de sus socios de Gobierno. Como en el caso de la renovación del CGPJ, Moncloa necesita una mayoría cualificada. Tres quintos de la Cámara.

Negro sobre blanco. Para que Gabriel Rufián y Mertxe Aizpurua accedan a las informaciones del CNI -tal como le reclama Pablo Iglesias a Sánchez- el Gobierno necesita los apoyos del PP, Vox y Ciudadanos. Casus belli para estos tres partidos.

 

Gobierno y Congreso mantienen bloqueada la Comisión de Secretos Oficiales por las pretensiones de ERC y Bildu.

 

Podemos ha chocado en este caso con el reglamento de la Cámara Baja, que obliga para conocer materias clasificadas a una autorización previa del Pleno. Por ello, a los miembros de la Comisión de Secretos -que deben ser los propios portavoces parlamentarios- los elige ese mismo pleno en votación secreta y con papeleta en urna.

En ese órgano que maneja tan sensible información comparece regularmente la directora del CNI y los ministros que manejan partidas opacas asignadas a las fondos reservados, entre ellos, los de Interior y Defensa.

PP, Vox y Cs, por razones obvias, no quieren ver ni en pintura a Podemos, Esquerra o Bildu en esas comisión. Y Moncloa se niega a desairar a Iglesias y excluir a Rufián de la misma, como sucedió en las legislaturas del bipartidismo.

Los vetos cruzados han dejado fuera de servicio al único órgano de control a las actividades menos confesables del Estado. Y a nadie se le oculta que la presencia del Rey Emérito en Abu Dabi y todo lo que le rodea, o el caso Villarejo son las piezas a cobrar por buena parte de los miembros de la coalición Frankenstein.