| 23 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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13 platos imprescindibles de la cocina portuguesa

Compartimos territorio, historia y muchas costumbres. España y Portugal son países hermanos, pero la gastronomía lusa, aún puede depararnos muchas sorpresas

| Begoña Tormo Gastronomía

Para muchos, la cocina de Portugal es la cocina del bacalao. Es cierto que el recetario portugués está plagado de platos a base de este pescado en salazón, pero hay muchas otras fórmulas, mucho menos conocidas, que merece la pena descubrir. Desde los contundentes guisos del norte, a los delicados dulces a base de huevo. Repasamos algunos de los bocados que no debes dejar de probar.  

 

1 CALDO VERDE 

Podría decirse que, con permiso del bacalao, el caldo verde es el plato nacional de Portugal. Aunque es originario de la región del Minho, en la zona norte, se come en todo el país, especialmente en las festividades de los santos populares y en la madrugada del día de Año Nuevo. En realidad, no es un caldo, sino más bien, una especie de sopa espesa, o puré claro, a base de patata, y couve-galega (berza), que es lo que le da su característico color. Se sirve normalmente con unas rodajas de chorizo (chouriço).

 

2 BACALHAU (Bacalao)

Los portugueses presumen de preparar el bacalao de 1.001 maneras, y lo cierto es que es indiscutible que son los reyes absolutos de este producto. Entre las recetas más con más seguidores, podemos destacar el “bacalhau à brás” (también llamado “bacalhau dourado”), que es una especie de revuelto de bacalao y cebolla con patatas paja; el “bacalhau à lagareiro”, que toma su nombre de los elaboradores de aceite y que, por tanto, se cocina al horno con una generosa cantidad de aceite de oliva, además de ajo y cebolla, y se sirve con aceitunas; el “bacalhau à Zé do Pipo, cocido en leche y luego asado al horno con cebolla, puré de patata y mayonesa; el “bacalhau à Gomes de Sá”, hecho también al horno con bastantes patatas y cebollas, y guarnecido con huevos cocidos; el “bacalhau com natas”, cocinado al horno, en una fuente en la que se intercalan capas de patata, bacalao, cebollas y bechamel…  Y así, hasta las 1.001 recetas. 

 

3 BOLINHOS DE BACALHAU (Buñuelos de bacalao)

Aunque el bacalao es también protagonista en esta receta, merece un capítulo aparte, puesto que no se trata de un plato principal, sino de un aperitivo o “petisco”. El bacalao desalado se mezcla con patata cocida, huevos, cebolla y perejil, para formar una especie de bolitas que se fríen en aceite de oliva. Salvando las distancias, podrían representar para los portugueses lo que las croquetas de jamón son a nuestra gastronomía. 

 

4 SARDINHAS (Sardinas)

Es otro de los pescados que más consumen los portugueses. La forma más tradicional de comer las sardinas es simplemente a la brasa, pero hay también multitud de recetas para preparar este pez, que alcanza su mejor momento entre el final de la primavera y el principio del verano. En muchos restaurantes, por ejemplo, suelen poner a modo de aperitivo una latita de paté de sardinas y, en los hogares, suelen cocinarse al horno o en distintos guisos. 

 

5 CATAPLANA 

Aunque aparezca en las cartas de muchos restaurantes, no es realmente un plato, sino el recipiente en el que se elabora (con la cataplana portuguesa ocurre algo similar a lo que pasa con nuestra paella, porque el plato recibe el nombre del recipiente). Se trata de una especie de doble sartén con una bisagra que se cierra sobre sí misma para formar una suerte de olla tapada. Procede de la zona del Algarve, en el sur del país, y, aunque originariamente se fabricaban de cobre, ahora son más habituales las de acero inoxidable o aluminio. Las posibilidades de uso son ilimitadas, pero lo más frecuente es que la cataplana se utilice para cocinar platos de pescado y marisco. 

 

6 AÇORDA

Siguiendo con los parecidos con platos con los que estamos más familiarizados en España, la “açorda” vendría a ser algo así como una sopa castellana muy espesa, en la que, eso sí, no se utilizan embutidos ni pimentón. Los ingredientes para esta receta, típica de el Alentejo (por eso también se conoce como “sopa alentejana”), son el pan duro y los huevos, además de ajo, aceite y cilantro, una hierba fresca a la que los portugueses son muy aficionados. Es, evidentemente, un plato se subsistencia, elaborado con ingredientes baratos, aunque hoy en día, especialmente en las zonas de costa, es frecuente que se añadan pescados o mariscos. Se puede tomar tanto como plato principal, como acompañamiento de otros productos, especialmente pescados. 

 

7 AMÊIJOAS À BULHÃO PATO (Almejas a lo Bulhão Pato)

Son básicamente unas almejas al ajillo, en las que el perejil se sustituye por cilantro. Este plato es típico de la región de Lisboa, pero se ofrece en restaurantes de todo el país. Debe su nombre al escritor Raimundo António de Bulhão Pato (1829-1912) quien, curiosamente, nació en Bilbao y es imprescindible pertrecharse de un buen pan, porque, para muchos, lo mejor es la salsa que queda en el plato después de comer las almejas. 

 

8 CALDEIRADA DE ENGUIAS (Caldereta de anguilas)

Este plato es originario de la zona de la Ría de Aveiro (entre Oporto y Coimbra), ya que antiguamente allí se capturaba una gran cantidad de anguilas. Ahora, la mayoría son de vivero, pero la tradición de esta receta continúa muy vigente. Los ingredientes fundamentales, además de la anguila, son: patata, cebolla, ajo y perejil, aceite, laurel, vino blanco, vinagre y cúrcuma, que le da su típico color amarillo. 

 

9 ARROZ DE TAMBORIL (Arroz de rape)

El arroz es un alimento muy popular en Portugal (fueron precisamente los portugueses quienes introdujeron este producto en Europa), y uno de los más populares en Portugal es el elaborado con rape, un pescado que antiguamente se consideraba “de tercera”. No hay una receta exacta, ya que en cada casa y en cada restaurante se elabora de una manera, pero lo que casi todos tienen en común es que son arroces caldosos y que, además del rape, incorporan algún marisco como gambas, almejas, o berberechos. 

 

10 PEIXINHOS DA HORTA (Pescaditos de la huerta)

Así es como los portugueses llaman a las verduras rebozadas. Es uno de los  aperitivos más comunes que se sirven en Portugal y, aunque originariamente, se elaboraba sobre todo con judías verdes, ahora es frecuente encontrarlo con más tipos de verduras (zanahoria, calabaza, pimiento…). El plato recuerda a la famosa tempura japonesa, pero hay que recordar que fueron los misioneros portugueses y españoles quienes llevaron la técnica de la fritura al país del sol naciente (se dice que el nombre “tempura” procede de la insistencia de los religiosos en que la “temperatura” del aceite fuera lo suficientemente elevada antes de introducir en él los alimentos), y no al revés.  

 

11 FRANCESINHA

Es el sándwich más famoso de Portugal… y una auténtica bomba calórica. Fue creado en los años 50 del siglo pasado por un cocinero llamado Daniel David da Silva, que había conocido el “croque monsieur” trabajando en Francia. Al volver a su país y poner en marcha su propio restaurante “A Regaleira”, en la ciudad de Oporto, empezó a servir en él este bocadillo, que lleva, nada más y nada menos que: carne de ternera, jamón cocido, y “linguiça” (una especie de chorizo). Por si fuera poco, se gratina con una gran cantidad de queso, y se corona con una salsa de carne y cerveza, un huevo frito, y una montaña de patatas fritas. Hoy en día, lo ofrecen en la mayor parte de los bares y restaurantes de Oporto, en competencia con la “bifana”, un bocadillo de carne de cerdo marinada. 

 

12 PORCO À ALENTEJANA (Cerdo a la alentejana)

Aunque los pescados y mariscos son un pilar importante en la gastronomía lusa, el cerdo es también la base de un buen número de platos típicos del país (codido, feijoada…). Uno de los más curiosos es este, ya que combina carne de cerdo con almejas. Como su propio nombre indica, es originario de la zona del Alentejo (en el centro-sur de Portugal), que en portugués significa literalmente “más allá del Tajo”. Además de los dos ingredientes citados, la receta lleva ajo, pimentón, vino blanco, cilantro, laurel, y, muchas veces, aceitunas. Se sirve siempre con patatas, normalmente fritas. 

 

13 PASTÉIS DE BELEM (Pasteles de Belén)

Son los dulces más típicos de Lisboa. Fueron creados en 1837 por los monjes del Monasterio de los Jerónimos, y la receta exacta, que continúa siendo un secreto, es la que se sigue elaborando en la “Fábrica dos Pastéis de Belem”, en la capital portuguesa. Sin embargo, es posible encontrar estas pequeñas tartaletas de hojaldre rellenas de crema, o muy similares, en toda la ciudad, aunque por cuestiones de patente, se anuncian como “pastéis da nata” (pasteles de crema). Los golosos que viajen al país vecino, no deben dejar de probar otras especialidades, como las “tortas de Azeitão”, unos pastelillos con huevo, limón y canela, típicos de Setúbal; los “ovos moles de Aveiro” (una especie de yemas de Santa Teresa envueltas en una oblea con diferentes formas), el “pão de ló” (un esponjoso bizcocho), o el “arroz doce”, muy similar a nuestro arroz con leche.