| 04 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse
Granadas
Granadas

La Granada, joyeros naturales de deliciosa fruta.

La pasional, delicada y dulce fruta tan española como desconocida llena de deliciosos rubíes

| Rafael Rincón JM Gastronomía

De las preciosas flores rojas del granado brotan unas bolas robustas que esconden en su interior deliciosos granos rojos. Es la granada, fruta del amor y la fertilidad, que bien entrado el invierno es el momento de consumirla en su estado óptimo.

La granada tiene una bonita leyenda. Su nombre deriva del latín granatus, con granos, aunque el nombre del árbol Punica granatum se debe a que los romanos conocieron la granada a través de los fenicios. Originaria de una amplia región –Irán, Himalaya e India-, desde la antigüedad fue cultivada en todo el Mediterráneo. Se sabe de su cultivo al menos hace 5.000 años, la granada está citada en la Biblia, se encontraba en los jardines Persiles de Babilonia y en los bajorrelieves egipcios.

Fruto tocado por la diosa del amor, la mitología griega cree que Afrodita fue la primera en plantar este arbusto y se le concedió propiedades afrodisíacas. Pero fueron los árabes quienes popularizaron su consumo en España y dieron su nombre a la ciudad de Granada. Estaba tan extendida, que desde 1492 una granada forma parte del escudo de España.

Muchos pueblos siguen teniendo tradiciones unidas a la fruta del amor, la fertilidad y la prosperidad. Por ejemplo, en China se les ofrece a los recién casados como auspicios de una descendencia numerosa. Quizás también por ello a Shakespeare se le ocurrió esconder a Romeo detrás de su follaje mientras le cantaba una serenata a Julieta. Ha sido muy apreciada en zonas desérticas debido a que la robustez de su coraza protege el fruto fresco durante mucho tiempo.

Su cultivo está muy extendido por el Mediterráneo, los países árabes, Israel, todo el litoral americano del Pacífico (fue llevada a América por los españoles), y, curiosamente, en Japón donde se utiliza mucho en los bonsáis por la belleza de sus flores y el tronco retorcido que adquieren los ejemplares viejos.

En el mercado conviene escoger las piezas de color rojo profundo o marrón. Cuanto más grandes la pulpa será más jugosa, las piezas pequeñas suelen estar secas. La piel bien lisa y brillante, sin manchas. Se dice que la fruta está madura cuando presionándola emite un ruido metálico.

Se come grano a grano, quitando las laminillas amargas que separan las celdas donde se encuentran los granos. Para facilitar el pelarlas, se pueden cortar en porciones, estas se ponen boca abajo y se golpean con el mango de un cuchillo hasta que salgan los granos.

Además de cómo postre, se utiliza en ensaladas de invierno y acompaña muy bien a las carnes rojas. No hay que olvidar que la granada tiene cierta acidez. Por ejemplo, en la cocina árabe su uso está muy arraigado, los libaneses utilizan mucho el sirope de granada y consiguen dar a los platos salados un toque dulce y a la vez ligeramente amargo.

En Estados Unidos se ha hecho muy popular por sus efectos espectaculares para la salud. En este país existe gran variedad de zumos y siropes.

La granada está considerada como una de las superfrutas por los compuestos químicos de acción positiva que contiene. Sus beneficios para la salud son numerosos. Contiene gran cantidad de vitaminas, minerales y fibras. Es un potente anti-oxidante –contiene más cantidad de antioxidante que el té verde o el vino-. Buena para la tos, los cólicos, reduce el colesterol malo, ayuda en el Alzheimer y se cree que previene algunos cánceres. Además, para completar sus bondades, es baja en calorías.