Te encantará, y es perfecta para cenas informales
La bruschetta es el antipasto por excelencia de Italia. Consiste en finas rebanadas de pan cepilladas con ajo y rociadas en un buen aceite de oliva virgen extra que se hornean a 160º hasta conseguir ese crujiente perfecto y tan característico. Se acompañan de todo tipo de ingredientes tanto fríos como calientes y no existe lugar en todo el país, ni restaurante italiano en el mundo donde no se degusten.
Existen muchos tipos de bruschetta y dependiendo de donde estés lo comerás de una manera u otra. La más clásica de todas es la que se sirve en Nápoles con tomate fresco italiano cortado en pequeños dados y espolvoreado con sal, orégano y albahaca, aunque también las puedes encontrar de salchichas, de prosciutto e higos, pollo o verduras como el calabacín, champiñón o berenjena.
Están tan deliciosas que en esta ocasión he querido rescatar la más tradicional y adaptarla con una tierna y jugosa pechuga de pavo fileteada. De esta manera alegramos a esta delicada carne con ingredientes saludables y prescindimos del pan, que después del verano nos viene bien reducir su consumo para recuperar poco a poco nuestro peso ideal.
Ingredientes para 4 personas
4 filetes de pechuga de pavo
2 tomates rojos
¼ de cebolla roja
1 diente de ajo
hojas frescas de albahaca
poquito de orégano
queso mozzarella
3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra
sal
pimienta
crema de vinagre balsámico
Dificultad: Baja
Tiempo de preparación: 15 minutos
Elaboración :
1. Combina en un recipiente los tomates en dados pequeños, las cebolla cortada en láminas finas, las hojas de albahaca partidas, el ajo rallado y orégano. Adereza con aceite de oliva, sal, pimienta y deja marinar durante al menos 30 minutos.
2. Sazona las pechugas de pavo por ambos lados, calienta una sartén con dos cucharadas de aceite de oliva y cocínalas a fuego medio alto. Cuando estén doradas voltea para que se hagan por el otro lado, vierte un ligero zig zag de crema de vinagre balsámico y coloca unos dados de mozzarella por encima. Cubre con una tapadera durante un minuto para que el queso funda.
Coloca la mezcla de tomate sobre el pavo y a la mesa a disfrutar de este ligero y saludable plato.