Ximo Puig lo tiene claro. Hay que reducir las listas de espera. Así que ya ha derivado más de 9.000 pacientes a centros hospitalarios privados. La colaboración de lo público y lo privado es eficaz. Sólo políticos sectarios no lo entienden. El presidente socialista valenciano da una lección a la izquierda que grita consignas de otros tiempos.