| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Alcachofas de la Vega Baja del Segura
Alcachofas de la Vega Baja del Segura

El “corazón verde” late en la Vega Baja

“Del vegetal armado que se llama alcachofa, luego escama por escama desvestimos la delicia y comemos la pacífica pasta de su corazón verde.”

| Pedro Nuño de la Rosa La Picaeta

La alcachofa es signo distintivo de la huerta mediterránea. Aquí la trajeron los árabes, juntamente con el arroz a mayor escala, las berenjenas, los cítricos, el melón y la sandía entre otros productos hortofrutícolas, que gracias a sus norias y canalizaciones (acequias), aljibes, etc. en regadío, y al imprescindible sol levantino convirtieron tierras yermas en vergeles alimentarios.

Hace ya un par de años pedíamos, como ahora insistimos nuevamente, en que la alcachofa de la Vega Baja alicantina seguía sin Denominación de Origen, como, y por ejemplificar, la tienen Tudela o nuestra más próxima Benicarló. Y seguimos sin tenerla, probablemente porque no se hayan movido, ni en Madrid, ni en la propia capital de Alicante (EUIPO, oficina europea de propiedad intelectual, patentes y marcas) las asociaciones de agricultores, ni los ayuntamientos de la zona se ocupen y preocupen lo bastante en la obtención de este sello de origen, distintivo y de calidad que abre mercados y mejora precios.

Una vez al año, y por estas fechas, concretamente hoy sábado 4 de marzo y mañana domingo 5 se celebra Almoradí el ya octavo Congreso Nacional de la Alcachofa, con la participación estelar del chef donostiarra Koldo Royo instalado en Baleares donde ha conseguido su preciada Michelin, además de una enorme proyección mediática como conductor de programas, colaborador en demostraciones coquinarias y artículos gastronómicos.

Demostraciones ante el público y degustaciones, ahora barbarizado como "showcooking", cocinar a cuatro manos, ponencias, exposiciones artísticas, mercados artesanales, animaciones infantiles, conciertos musicales, venta de libros relacionados con la alcachofa, son parte de las actividades a desarrollar en Almoradí como epicentro de la gran fiesta del arcacil, alcaucil o alcarcil vegabajeño, (pueden ver el programa oficial en la web municipal.

Si les gusta comer picoteando, la asociación de restauradores de Almoradí y el Ayuntamiento ofrecen “la ruta ‘Tapea con alcachofa’ con 13 bares y restaurantes al precio de 4 euros por tapa y caña en las carpas de la plaza de la Constitución”. Personalmente ya la hicimos en otras ocasiones y resultó deliciosa además de interesante por múltiples combinaciones del arcacil con todo tipo de aditamentos, productos y formas de cocinar desde crudas en una magnífica ensalada, asadas a la plancha, o guisadas a la manera huertana.

Pablo Neruda, Premio Nobel, bon vivant y excelso poeta describía a la alcachofa como un acto de amor sensual en una loa memorable: “del vegetal armado que se llama alcachofa, luego escama por escama desvestimos la delicia y comemos la pacífica pasta de su corazón verde.” Aunque de manera más prosaica, este fin de semana podemos disfrutar caminando por bares o sentados en magníficos restaurantes, la alcachofa de la Vega Baja alicantina sea desvistiendo sus hojas hasta llegar a las tiernas de la flor, y saborear esos magníficos “corazones verdes” recién cortados del bancal a la boca.

Degustaciones que, además del municipio de Almoradí, podrán disfrutar a lo largo y ancho de la cuenca del Segura, desde Guardamar a Pilar de la Horadada, pasando por Orihuela, desde Bigastro a Crevillente, hasta llegar a tanta pedanía desperdigada por la zona, donde, a buen seguro se come sencilla pero estupendamente en ese bar entrañable y lugareño. Además de los alcaciles en cualquiera de sus versiones, tienen arroces antológicos, cocidos con pelota y guisos de pava (borracha o serena), lonja de mar, chuletillas de carito, pastelería conventual, incluso recios vinos de La Mata, que a un servidor y como literato gastronómico le dieron para escribir un buen volumen, hoy creo que agotado; si bien y como no hay mejor literatura que la de los propios sentidos, les sugiero encarecidamente pasearlos por este “el Sur también existe” de la Comunidad Valenciana.