| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

× Portada España Investigación Opinión Medios Chismógrafo Andalucía Castilla y León Castilla-La Mancha C. Valenciana Economía Deportes Motor Sostenibilidad Estilo esTendencia Salud ESdiario TV Viajar Mundo Suscribirse

Rajoy y Rivera se conjuran para evitar el "fantasma" del que no reniega Sánchez

El líder naranja baraja sus cartas y el líder socialista se niega a jugar. A partir de ahí, el de Ciudadanos comparte con Mariano Rajoy una necesidad imperiosa que puede resultar definitiva.

| Antonio Martín Beaumont Opinión

Las cartas empiezan a estar boca arriba. Y en el tablero político se vislumbran las posiciones de partida de los líderes. En C´s saben, claro, que la única vía que tiene la Legislatura para salir adelante es la del PP. A partir de esa premisa, corresponde a Albert Rivera ir desandando el camino que él mismo ha estrechado para negociar con Mariano Rajoy.

El jefe de filas naranja comparte con el presidente la necesidad de acelerar los pasos. Desea que se intente la investidura en la última semana de julio, si bien ya hay dirigentes del entorno de Rivera que empiezan a retrasar tal extremo a la primera quincena de agosto. Más allá de la fecha, Rajoy y Rivera coinciden además en la búsqueda de un Gobierno con apoyos estables para abordar la aprobación del techo de gasto, la tramitación de los Presupuestos Generales del Estado y las grandes reformas pendientes en España. 

En el núcleo duro de Rivera dibujan un único escenario final: un Gobierno en minoría de Rajoy con su apoyo externo en virtud de un pacto para la legislatura

En el núcleo duro de Rivera dibujan un único escenario final: un Gobierno en minoría de Rajoy con su apoyo externo en virtud de un pacto para la legislatura. Un acuerdo  que se hará esperar, al estilo del que se fraguó con Cristina Cifuentes en Madrid o con Susana Díaz en Andalucía, y argumentado principalmente con la necesidad de evitar las terceras elecciones. En este contexto hay que entender el tono ayer de José Manuel Villegas afirmando que C’s solo estaría dispuesto a formar parte de un Gobierno del PP si Rajoy renuncia a repetir como presidente y si hay "renovación de políticas y de equipos". Los de Rivera van a mantener la tensión: pies de plomo para no dar la apariencia de que mal venden su respaldo. Marca de la casa naranja. 

De momento, Rivera dispone de tiempo, porque el reloj sólo empezará a correr cuando se fije la sesión de investidura.

De momento, Rivera dispone de tiempo, porque el reloj sólo empezará a correr cuando se fije la sesión de investidura. Será a partir de entonces cuando todo tomará una velocidad de crucero para llegar a un pacto con un envoltorio atractivo para C´s. Y ese, precisamente, es el riesgo para Pedro Sánchez. La rotundidad con la que asegura que votará “NO” y seguirá haciéndolo puede acabar estallando en la cara al secretario general del PSOE en cuanto Rajoy se presente con 170 escaños (Partido Popular + Ciudadanos + Coalición Canaria). ¿Sería capaz de bloquear  un Gobierno? 

Ya empiezan a sonar las alarmas entre los socialistas con la negativa del secretario general a moverse

Sánchez se juega mucho en las decisiones que tiene que tomar. Porque van bastante más allá de sus intereses partidistas y entran dentro de lo que podríamos llamar la estabilidad institucional. Y ya empiezan a sonar las alarmas entre los socialistas con la negativa del secretario general a moverse, hasta el punto de que circula entre sus filas la sospecha de que no reniega, si fuese necesario, de ir a una tercera vez a las urnas. Esa hipótesis retumba en los oídos de parte de los barones. Lógicamente, les espanta.

Sánchez insiste en no asumir cualquier posibilidad de colaboración con Rajoy. Se niega incluso a buscar algún tipo de salida que permita desatascar el impasse actual

Sánchez insiste en no asumir cualquier posibilidad de colaboración con Rajoy. Se niega incluso a buscar algún tipo de salida que  permita desatascar el impasse actual. Sin embargo, en el PSOE cada vez más voces aseguran que conducir España a unas terceras elecciones sólo beneficiaría de nuevo al PP. De ahí que mandatarios socialistas adviertan de que una posición intransigente de su líder lleva a elevar el riesgo de una fractura en toda regla de su menguado grupo parlamentario. Y a cargar con la culpa de bloquear irresponsablemente la legislatura por meros intereses personales o partidistas. O sea, el acabose para un partido que no está como para aguantar más bromas. Así las cosas, ya hay quienes abogan en los mentideros por buscarle una salida personal a su líder.