Entre youtubers, tentaciones y cuernos anda el juego

El culto al dinero y a la lozanía o a la juventud, en definitiva, la devoción al cuerpo. Espero equivocarme, pero muchas veces tengo la sensación de que estos son los dos grandes iconos del siglo XXI. Anda la audiencia entregada, repartiendo sus favores entre la huida andorrana de los youtubers y La isla de las tentaciones.

Aquéllos que hoy son los iconos de adolescentes, el no va más de su concepto de éxito, la profesión a la que muchos aspiran; aquéllos, repito, han decidido que en España les fríe a impuestos y anuncian a bombo y platillo en sus redes que se van a vivir a Andorra. Así, en lugar del 47% sólo tendrán que pagar el 10% de sus pingües retribuciones. ¡Pobres angelitos! Viven fritos pagando impuestos y no parece que tengan suficiente para vivir. Éstos, los que se han dejado seducir por La isla de las tentaciones, han convertido el estreno de la tercera edición de un reality que cuestiona la lealtad de la pareja en el más potente de su corta vida. El jueves pasado se sentaron a ver las tribulaciones de cinco parejas y 20 tentadores y tentadoras más de tres millones de espectadores. Lo que significa que el estreno alcanzó un 25,2% de cuota de pantalla que dejó al segundo capítulo de la 21º temporada de Cuéntame en un 11,6 %de share y al estreno de El Nudo, en un 11.4%.

El Rubius, el último youtuber mudarse a Andorra y dar la espalda al Gobierno

Con los datos en la mano, parece que La isla de las tentaciones todavía no ha tocado techo. ¿Qué tipo de sociedad estamos alimentando? ¿Qué tipo de educación estamos transmitiendo? Sostiene José Antonio Marina que educa la tribu, una buena tribu se entiende. Nosotros como tribu somos lo peor. A los hechos me remito.

En plena tercera ola de la pandemia, con más de 40.000 contagios diarios, con las ucis de 13 comunidades autónomas saturadas, con una panda de sinvergüenzas haciendo uso de su derecho de pernada sanitario, vacunándose porque ellos lo valen, andamos los españolitos anestesiados. Atónitos, enchufamos la tele como zombis y nos tragamos cualquier cosa. Como escribió el maestro "el mundo se está convirtiendo en una caverna igual que la de Platón, todos mirando imágenes creyendo que son la realidad".

Si unos se enganchan a los cuernos ajenos, los otros alaban a una panda de jovenzuelos imberbes que se dedican a hacer el payaso encerrados en su habitación. Infantilizados entre tanta pantalla han perdido incluso la capacidad de hablar. Entre frase y frase sueltan unos cuantos tacos, los mismos que replican nuestros adolescentes para hacerse los guays (lo sé esto es muy antiguo), porque ellos son el modelo que quieren seguir.

Estos ídolos de barro facturan una millonada gracias a los click y las visitas de nuestros hijos

Nuestros adolescentes hoy están mamadísimos, son unos cracks, las cosas son cunde ponga o crinche, les da un jari o son unos parguelas. Por supuesto, puto para ellos es un superlativo que se les cae de la boca y lo repiten cien veces en una conversación. ¡Ah! Los pringados de nuestra época, ahora son ratas. Y todos, absolutamente todos, están viciados a YouTube.

Estos ídolos de barro facturan una millonada gracias a los click y las visitas de nuestros hijos, pero luego se permiten el lujo de decir que se van y que España no les ha dado nada. "Dicen que tienes que pagar impuestos en España, para pagar las escuelas. ¡Y un cipote! Yo no he ido al instituto prácticamente. He sido un desgraciado toda mi vida, a mí España me ha dado muy poco", se atrevió a denunciar el youtuber malagueño Lolito desde su cuenta.

Chato, reza para que la burbuja de YouTube no te explote en la cara. La ignorancia es muy atrevida boquerón. Para empezar, España te ha dado una parte importante de esos tres millones de suscritores gracias a los que ingresas esas millonadas mensuales. Imagino que tendrás alguien en tu familia que vivirá gracias a su pensión y que, si de pequeño te pusiste malo, te llevaron al médico. Gratis total, mejor o peor, pero gratis total. No, España no te ha dado nada. Ignorantes hay en todos lados.

Rubius, youtuber entre los youtubers, ha sido el último en anunciar que se va. Rubén Doblas Gundersen se queja porque lleva 10 años pagando impuestos. En 2020 facturó 4,3 millones de euros, de los cuales habrá tenido que pagar un 47%. Y yo me pregunto, ¿con dos millones de euros no se puede vivir? Sois lo peor. Me habéis obligado a tener la típica charla con mi cachorro de 14 años en la que le he tenido que explicar para qué sirven los impuestos, la necesidad de ser solidario con los que menos tienen, la importancia de la empatía con el prójimo, incluso, por qué me parece inconcebible una reacción como la vuestra.

¿Sabéis lo que significa eso? En el universo adolescente los que de verdad molan son los amigos y los ídolos, cuando los padres no sabemos nada y somos unos antiguos… Ya nos podemos poner haciendo el pino puente que no sabemos nada. ¿Sabéis lo que me ha costado que lo entienda? Ni un minuto. Tras un sermón que intuyo se le hizo interminable, Ibai me salvó el pellejo. Su grandísimo discurso en las redes consiguió más que todas mis explicaciones. Yo no sé nada, Ibai sí. Mi cachorro entendió el significado de vuestra acción, tanto es así que os ha dejado de seguir de motu propio.

Recordad que no sois los primeros en huir a un paraíso fiscal, estoy convencida de que hasta que la UE no acabe con estos privilegios seguiremos siendo testigos de fugas como la vuestra. Ahora bien, no olvidéis que vuestra actividad fiscal la realizáis en España. Solo espero que Hacienda, que somos todos, os tenga en el punto de mira y os pille como a tantos otros. Si eso ocurre os va a caer la del pulpo. Os van a exigir que tributéis en España por vuestra renta mundial, regularizarán vuestra situación fiscal para calcular la deuda y os exigirán los intereses de demora. Mientras, en Telecinco, están deseando que suene la sirena, sueñan con la luz de la tentación. Andan los tertulianos de porra en porra, de programa en programa, intrigados, con ganas de saber cuántas de las cinco parejas no terminan la edición. Decían que de ésta íbamos a salir mejores…