| 26 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Karlos Arguiñano no se corta y muestra una "habilidad" casi oculta en Antena 3

El cocinero sorprende a los espectadores con esta increíble técnica que venía acompañada de algún que otro consejo por si la gente se decidiese hacerlo en casa, a modo de reto.

| Sandra Miras Medios

Karlos Arguiñano sigue demostrando porqué es un grande de la cocina. El vasco destaca por hacer de la gastronomía mucho más que una simple receta. Por eso no nos extraña que la audiencia confíe en su programa de Antena 3 para decidir el menú del día. Y ya no sólo por su cocina, sino porque ameniza el "proceso de creación" contando algún que otro chiste, con un chascarrillo o, simplemente, haciendo algún juego inesperado.  

El último juego, de hecho, lo ha hecho sin cortarse, hablando literalmente, con unos cuchillos. El cocinero ha demostrado en uno de sus últimos programas la habilidad que tiene con este utensilio. Para elaborar unos picantones en cazuela, Arguiñano necesitaban de un sofrito de cebolla para dar sabor a la salsa de acompañamiento. Aquí comenzó una demostración que impactó a la audiencia. 

 

"41 cortes sin mirar"

El cocinero, como cuando se rueda una escena de riesgo, advirtió a los espectadores que lo que iba a suceder a continuación sólo lo podía hacer un profesional y que no lo intentasen en casa, ya que podrían salir malheridos o en vía directa a Urgencias. Por suerte, en su caso el final de la historia fue positivo. “Una de esas demostraciones medio tontas que hago yo de a ver cuántos cortes le doy a media cebolla. Venga, voy allá”, empezó diciendo, mientras insistía en que lo iba a hacer insistiendo “sin mirar”.

 

 

Y así fue. Sin dirigir su mirada en ningún momento a la tabla de madera, Karlos Arguiñano se lanzó a cortar la cebolla lo más rápidamente posible con el cuchillo. “41 cortes le he dado sin mirar”, llegó a afirmar al concluir su intervención. No solo eso. Haciendo honor a su tradicional narración didáctica, el cocinero quiso animar a la audiencia a intentarlo, dándole una serie de consejos para que no sufriesen ningún tipo de daño: “Meter los deditos para adentro, que nos os podéis imaginar”.