| 26 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Esty Quesada y Esperanza Aguirre
Esty Quesada y Esperanza Aguirre

Esty Quesada y Esperanza Aguirre, lo mejor de "Bake Off Celebrity"

El programa presentado por Brays Efe y Paula Vázquez es una versión reducida en el tiempo de "MasterChef", una desenfadada ofrenda a la glucosa que le debe todo a un montaje divertido.

| Milagros Martín-Lunas Medios

 

 

Las primeras imágenes de Bake Off Celebrity España se desvelaron hace casi un año en el marco del FestVal 2021. Su arranque convenció. Y eso que el programa presentado por Brays Efe y Paula Vázquez no ofrecía nada nuevo dentro del universo de los talent gastronómicos. A priori era uno más. Con un esqueleto legatario de MasterChef, Bake Off se engalana entre azúcares, merengues, ganache de chocolate, mermeladas y cualquier sustancia adictiva de esas que aceleran la hiperactividad.

Doce meses más tarde, escribo estas líneas cuando me acabo de meter un atracón de 10 horas en dos días para poder escribir de este hermano pequeño de MasterChef que se estrena, al completo, mañana jueves 16 de diciembre en Amazon Prime. No puedo desvelar nada. Así que tranquilos, de aquí en adelante no escribiré ni un spoiler sobre ganadores o perdedores de Bake Off Celebrity. Basta con destacar los pros y los contras. Para empezar, seamos francos, Bake Off es un MasterChef reducido en el tiempo y centrado únicamente en todo tipo de postres y golosinas. Un programa en el que 12 famosos ponen en juego sus habilidades reposteras para alzarse con el título de mejor pastelero amateur español, galardón que estará acompañado de un premio de 100.000 euros que el ganador donará a la ONG que decida. ¿Les suena?

En lugar de las tres horas que dura su hermano mayor, cada capítulo de Bake Off se ventila en 60 minutos más o menos. Seguro que a todos aquellos amantes de los concursos y programas de cocina a los que la eternidad de MasterChef les ha cansado y les ha hecho perder la afición, a todos ellos, seguro que esta versión reducida les va a convencer.

La importancia de un buen casting

Con estos mimbres iniciales, si algo queda claro es que el éxito o el fracaso de un programa así depende absolutamente del casting. Y de esto también puedo hablar. El casting de Bake Off es variopinto y contradictorio. Cada uno de su padre y de su madre. Los 12 concursantes que luchan por el premio final en esta primera ofrenda a la glucosa son Adriana Torrebejano, Andrés Velencoso, Chenoa, Soraya, Yolanda Ramos, James Rhodes, Pablo Rivero, Iturralde Gonzalez, Joan Capdevila, Paula Gonu, Esperanza Aguirre y Esty Quesada. Las dos últimas, lo mejor de programa.

 

De hecho, en el momento de la separación la historia decae en favor de otros dúos, pero ninguno como el formado por Soy una pringada y Espe. "Yo le puedo llamar Espe, porque es mi amiga, para vosotros solo es Esperanza Aguirre". Son tremendas. El montaje se queda corto con ellas. Realza sus disparidades y ellas regalan al espectador los mejores momentos del talent. Ambas son la declaración absoluta de la máxima que afirma que los polos opuestos se atraen.

"Cada vez que me valora el jurado espero tres frases: eres inútil, tu madre no te quiere, y te vamos a echar". "Veo una piñata, veo que hay un palo y mi mente vasca dice: destruir". "Gracias, ya has hecho más por mí que mi madre en 26 años". "Por favor controlen su heterosexualidad". Esty, que sueña con ser el alter ego español de Divine, es una caja de titulares. De la de Baracaldo se espera cualquier cosa, de Aguirre no. El caso es que Espe sorprende, más allá de la política aguerrida que fue, rezuma sentido del humor a mansalva.

Las elaboraciones, en ocasiones, se hacen pesadas, si el programa resulta fresco, desenfadado y ágil es gracias al montaje. Aquí, como con los tróspidos de ¿Quién quiere casarse con mi hijo?, el trabajo de corta y pega lo es todo, absolutamente todo.

No busquen en Bake Off  borderías, malos tonos y faltas de respeto de los jueces hacia los concursantes. Ni Clara Villalón (repostera y autora de El Club del Cupcake), ni Frédéric Bau (maestro chocolatero, reputado pastelero, director de L'Ecole du Grand Chocolat y autor de Au coeur des saveurs), ni los jueces invitados encargados de valorar las elaboraciones de los concursantes, ninguno, saca los pies del tiesto a la hora de calificar los resultados. Jamás pierden las formas, ni siquiera cuando en lugar de tartas presentan deconstrucciones.

Si hay algo que no soporto de MasterChef es precisamente la actitud del jurado

Personalmente, si hay algo que no soporto de MasterChef es precisamente la actitud del jurado. Su altanería me saca de contexto, pero como soy de las que ven la tele a la carta, tiro de mando cada vez que abusan de su autoridad.

Dicen que las comparaciones son odiosas. Soy consciente que no corren buenos tiempos para MasterChef. La muerte de Verónica Forqué ha preñado las redes de críticas contra el programa por dar pábulo a concursantes ciclotímicos como ella. Les han crucificado por dar prioridad a la audiencia antes que a la salud. Con el debido respeto, no procede. ¡Que fácil se juzga y se prejuzga a toro pasado! Nadie imagina lo que habrá sufrido esa mujer. Nadie entiende con qué extraños fantasmas peleaba. Solo el que convive con la depresión sabe que es un enemigo silencioso, traicionero, un adversario que asalta a traición, cuando menos te lo esperas. En un instante ríes, al siguiente no ves futuro, tu vida es un inmenso pozo negro sin salida. Creo que Verónica Forqué fue una concursante a la que en MasterChef mantuvieron entre algodones, precisamente porque sabían de su fragilidad.

 

Nunca lo he escondido, el jurado de MasterChef me ha parecido estomagante desde el primer nanosegundo del programa. Ahora bien, que no comparta sus modales no es óbice para que me parezca injusto este linchamiento en el ágora cibernética. Jamás he sido capaz de ver ni una edición de anónimos y tampoco la infantil, solo me interesa la Celebrity, por el simple hecho de que desvela facetas desconocidas de los famosos, aquellos a los que hemos idealizado.

De regreso a Bake Off y como resumen, la fiesta del azúcar ha limado algunas asperezas de Masterchef y regalará buenos momentos a los admiradores que en su día se negaron a trasnochar y huyeron de sus descabelladas veladas.