| 21 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Brutal repaso al sectarismo LGTBI de Marlaska por "usar su condición sexual"

El columnista Fernando Palmero asegura que el ministro del Interior ha utilizado su identidad sexual como coartada para permitir los ataques a Cs en la marcha del Orgullo.

| ESdiario Medios

Fernando Grande-Marlaska fue durante años un juez admirado por todos por su compromiso judicial en la lucha contra el terrorismo de ETA, hasta el punto de que fue el mismo Partido Popular quien le aupó al Consejo General del Poder Judicial.

Hasta que el PSOE y Bildu (amén de los promotores del golpismo en Cataluña y de la ultraizquierda de Podemos), de las mano de una moción de censura contra Mariano Rajoy, le liberaron de las 'garras' del conservadurismo. Luego Pedro Sánchez le convirtió en el ministro del Interior más guay de la historia democrática española.

 

Hasta que llegó la marcha del Orgullo Gay y Marlaska se desató con unas declaraciones explosivas que llamaban prácticamente a lo que ocurrió posteriormente durante el desfile por el centro de Madrid: las agresiones e insultos que radicales del movimiento LGTBI propinaron a los representantes de Ciudadanos que quisieron, como cada año,  apoyar al colectivo con su presencia.

Su coartada

Este domingo, en El Mundo, Fernando Palmero disecciona el sectarismo del titular de Interior. En un artículo titulado Marlaska, como Gómez Arcos, el periodista afirma que el ministro sabe que cuando se convocan manifestaciones para reivindicar derechos consolidados  “se están levantando, en realidad, barricadas excluyentes. En este caso, con adoquines arcoíris.”

Nada deberían importar al ciudadano las pulsiones sexuales de un ministro. Pero cuando éste lo es de Interior y utiliza su identidad sexual como coartada para permitir, presuntamente, ataques vejatorios a sus adversarios, intentar encubrirlos con informes apócrifos y justificar su intolerancia ideológica descalificando pactos legítimos entre fuerzas rivales, estamos a un paso de la stasi policial”, afirma Fernando Palmero, convencido de que el sectarismo de Marlaska “delinque”.