| 29 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Ángela Dobrowolski
Ángela Dobrowolski

Dobrowolski sufre una lesión, sale vendada de urgencias y Mainat da la cara

La mujer del productor de televisión tuvo un percance que hizo que tuviera que acudir a un centro de salud. Mientras, su expareja se ha dejado ver tras todo este tiempo escondido.

| Clara Ballesteros Medios

Si creíamos que habíamos visto a Ángela Dobrowolski de la manera más surrealista jamás pensada, estábamos equivocados. La todavía mujer de Josep María Mainat ha vuelto a sorprender a la prensa tras ser pillada entrando en un centro de salud a la pata coja. "Le estaba diciendo a la enfermera, antes de entrar a que la atendieran, que quería el justificante para presentar en la Ciudad de Justicia", comentó a Sálvame una mujer que se encontraba allí en ese momento.

Ángela Dobrowolski

Tras salir del médico, Ángela no quiso explicar qué le había ocurrido y, con el pie vendado y con dificultades para caminar, se subió a un taxi. Mientras tanto, Mainat se encontraba en Barcelona dando un paseo por el centro de la ciudad. El productor publicó una imagen en sus redes sociales en la que se le veía con sudadera y ajeno a todo.

Un caso sobre el que hace tan solo unos días conocimos que Ángela tiene tres abogados de oficio, uno para cada causa. Ahora, uno de los letrados ha hablado con Gustavo González y le ha comentado cómo se siente su clienta. "Me dice que está desquiciada, ansiosa, destruida y perdida. Que le es muy difícil defender a una mujer que está totalmente perdida, que no sabe lo que hacer porque no tiene dinero y que para ella lo más importante son sus hijos y los ha perdido", comentó el colaborador de Sálvame.

Al margen de todo este asunto judicial, Sálvame quiso analizar los cruasanes que Ángela ofreció la semana pasada a dos reporteros que estaban a las puertas de la casa de Mainat. Y es que ninguno de los periodistas se atrevió a comérselos. Tras pasar el alimento todas las pruebas pertinentes en un laboratorio, el analista aseguró que el cruasán no tenía nada raro.