| 24 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Carmena, en un reciente acto con Errejón
Carmena, en un reciente acto con Errejón

La crítica más brutal y descarnada que Manuela Carmena ha escuchado en su vida

Un periodista desmonta el mito de la "adorable" alcaldesa en funciones de Madrid con un artículo demoledor que la retrata sin los adornos que disfruta en la mayoría de medios.

| ESdiario Medios

Seguramente, Manuela Carmena nunca he leído un artículo tan crítico, contundente y casi cruel como el que el periodista Iñaki Garay le ha dedicado en Expansión, sin una palabra de más, pero con una mordacidad terrible que retrata a la alcaldesa en funciones como nunca se había visto.

"Le preguntaron a Carmena en mitad de su mandato por unos desahucios y dijo de soslayo que ya quisiera que fueran los últimos. Y ahora, añadió, "¿intentamos hacer preguntas de carnaval que nos sorprendan con respuestas que nos sorprendan?". Si eso mismo lo hubiera dicho otra nos hubiera sentado como un relaxing cup of café con leche in Plaza Mayor, pero en julio y sin sombra. Pero Carmena es otra cosa", ironiza el articulista.

Un montón de gente ha salido a la calle para reivindicar a Manuela Carmena como quien viaja hasta el Palmar de Troya para ser bendecido

Es solo una pincelada de todo lo que retrata. "Madrid ya era una ciudad abierta antes de que llegara Carmena -siempre habrá algún cafre- y lo va a seguir siendo sin ella, aunque el márketing se desvanezca. Volverán a aparecer los niños desnutridos. Emergerán porque siempre estuvieron en la calle o en el imaginario de los indignados. Esos seres que se apaciguaron con la simple presencia de la "adorable", sin que nada hubiera cambiado, salvo el tema de conversación".

Garay utiliza una metáfora sobre los padres de un supuesto amigo para perfilar a esa Carmena siempre aparentemente amable, pero con escasa capacidad de gestión y resolución de problemas. "Su viejo jamás le dio una castaña. Ni siquiera una suave reprimenda. Con él todo eran risas. Incluso, siendo un niño, le daba un traguito de vino y una calada del pitillo. Si caminaba al borde de un precipicio, su padre silbaba", fabula.

 

"Su madre, en cambio, era bastante arisca. Le obligaba cada mañana a acudir al colegio. Se empeñaba en que fuera con la camisa planchada. Le perseguía para que se lavase y se peinase y para que hiciera los deberes. Y si se caía y llegaba a casa sangrando con un siete en el pantalón, le propinaba un empellón, le limpiaba la herida y se la desinfectaba con algo que producía dolor. Si en aquel momento hubiera tenido que votar entre sus dos progenitores, el "viejo" habría ganado por goleada".

Para sentenciar: "Con los años reconoció que siempre que necesitó algo era aquella señora un poco triste la que estaba allí. Recuerda ahora que cuando a alguno de sus muchos hermanos se le ocurría preguntar qué vamos a comer hoy, era su madre la que tenía una respuesta. Ahora que ha madurado ya es consciente de que si su madre hubiera tenido la gracia de Carmena habría sido una gran alcaldesa. Pero además de verdad".

Almas incompletas que se detienen en el semáforo y son capaces de ver la basura que se acumula en la esquina, pero no la poesía escrita sobre el asfalto

En otro párrafo memorable, arrambla con finura contra los devotos de Carmena, con un símil hilarante: "Un montón de gente ha salido a la calle para reivindicar a Manuela Carmena como quien viaja hasta el Palmar de Troya para ser bendecido. No quieren que deje de ser alcaldesa y se han concentrado junto al Ayuntamiento para desearlo conjuntamente y con mucha fuerza, esperando que obre el milagro y el ejercicio de democracia del pasado domingo sea sólo una mala pesadilla. Al parecer, muchos ciudadanos de Madrid no han sido capaces de percibir el cambio brutal que ha experimentado la ciudad, que por fin tiene luz e ilusión", explica.

Para rematar: "Y ahora corremos el peligro de que se frustre la primavera. Gente que no se acerca al centro para descubrir lo que es respirar sano y pasear en silencio. Almas incompletas que se detienen en el semáforo y son capaces de ver la basura que se acumula en la esquina, pero no la poesía escrita sobre el asfalto". Punto y final.