La Vía Laietana, en la que se encuentra la Jefatura Superior de Policía, ha parecido este viernes un escenario de guerra total. Ante el silencio cobarde de la Generalitat.
Un antes y un después. Lo sucedido este viernes en pleno centro de Barcelona va a tener, sin duda, consecuencias. Una decena de detenidos, medio anarquismo europeo campando a sus anchas, un policía gravemente herido y un asalto a la Jefatura Superior de Policía más propio del Álamo en el viejo Oeste.
Más de seis horas cercados hasta que al filo de la medianoche, los Mossos han sacado a la calle su camión con chorros de agua, el popular tanque botijo, para tratar de disolver a los radicales, con una violencia desconocida hasta ahora.
Multitud de barricadas de fuego, destrozos millonarios en la Plaza Urquinaona y turistas huyendo despavoridos.
En los incidentes han resultado heridos varios periodistas y dos equipos de TVE han sido agredidos. El propio consejero de Interior, Miquel Buch, ha reconocido que hay "grupos muy combativos y muy violentos" que "deben ser aislados".
Mientras Barcelona ardía como nunca, el presidente de la Generalitat guardaba silencio, no así sus socios de ERC. Su portavoz, Gabriel Rufián ha estallado en Twitter:
Que tras protagonizar un día más las manifestaciones más hermosas, multitudinarias y cívicas de la historia reciente la sociedad catalana tenga que ver una noche más cómo se lo cargan los 300 salvajes de siempre es injusto, frustrante y soez.
— Gabriel Rufián (@gabrielrufian) 18 de octubre de 2019
Lo repetimos:
NO nos representan.
Grupos de manifestantes, sanitarios de 'Sanitaris per la República', algún bombero y un hotel colaboran la noche de este viernes en la plaza Urquinaona de Barcelona para atender a heridos en los altercados en la zona.
Un grupo de manifestantes ha creado un cordón de seguridad ante la puerta del hotel H10 Urquinaona -en el número 2 de la plaza-, y en el interior del portal dejan entrar a heridos de cierta gravedad, como posibles heridos en el ojo por pelotas de goma o con golpes en la cabeza.Y en un balcón al lado de la puerta han puesto una mochila con una cruz roja que brilla con leds.
Tras atender a varios heridos en el suelo y cerca de los altercados, han improvisado la 'enfermería' hace algo más de una hora, ha explicado uno de los manifestantes que está en el cordón.
En el exterior del edificio también rocían la cara de manifestantes con agua, para combatir el escozor de los gases lacrimógenos que usan los antidisturbios.