| 28 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Amón desvela qué hará Sánchez en la azotea de Moncloa si no logra la investidura

El líder del PSOE está estrangulando la moral y la demoscopia de sus aliados eventuales con dos bazas demoledoras, pero es que además se ha sacado otro as de la manga y se avecinan curvas.

| ESdiario Medios

Aunque a Rubén Amón le cuesta asimilar que las elecciones generales están previstas el 10 de noviembre, ocurre que Pedro Sánchez ha subordinado la fecha de la sesión de investidura a la expectativa del adelanto electoral, "más todavía cuando la indolencia negociadora y la euforia favorable del CIS estrangulan la moral y la demoscopia de sus aliados eventuales".

En su columna de El País de este viernes, señala que "Sánchez perdería para ganar. Y devolvería al PSOE un desconocido vigor parlamentario". A saber: "Necesitaría otra vez exponerse al tetris de los pactos y de los faroles, pero lo haría desde una posición de fuerza. Y asumiría un desencuentro inevitable con los partidos soberanistas".

A su juicio, "no tiene sentido que Sánchez asuma un pacto implícito o explícito con el azufre del soberanismo sabiendo que la letra pequeña aloja una bomba de efecto retardado, ni le alcanzan los números de la investidura con otras fórmulas de equilibrismo parlamentario, razones suficientes para concederse una operación de riesgo controlado el 10 de noviembre".

Controlado porque "la encuesta del CIS representa un estímulo inequívoco, empezando por el poder de intimidación que aspira a ejercer el sondeo hiperbólico de Tezanos sobre las fuerzas políticas más damnificadas por la frivolidad de las elecciones anticipadas".

En este sentido, "no se las pueden permitir Unidas Podemos, de forma que Iglesias parece resignado a capitular de sus ambiciones ministeriales, o constreñido a someterse al planteamiento extremo de Pedro Sánchez: investidura en julio o elecciones en noviembre". 

Al que no le asusta ninguno de los escenarios es a Albert Rivera porque el "informe Tezanos" demuestra que la estrategia del antisanchismo le funciona a Ciudadanos". 

El caso es que la "tentación de convocarlas en la eterna interinidad es un ejercicio de temeridad, cuando no el desenlace caprichoso de una fallida investidura a domicilio. Quería Sánchez que se la trajeran hecha a casa los demás socios y rivales. Y se ha abstraído de las negociaciones durante dos meses con la pantalla de la agenda internacional. O con la comodidad que le proporciona un escenario polifacético de victoria. Si consigue la investidura, nadie podrá moverle la silla durante cuatro años. Y si no la consigue bailará en la azotea de Ferraz la noche del 10 de noviembre".