| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Espada le dice claro a Sánchez por donde le tiene “cogido” el independentismo

La exigencia de Tardá de liberar a los presos a cambio de votos al presupuesto prueba hasta qué punto maneja el “golpismo nacionalista” al actual Gobierno, en palabras del articulista.

| ESdiario Medios

Sánchez y los independentistas sabían a qué jugaban cuando acordaron la investidura del primero. Especialmente el actual presidente, que se dejó pillar por cierta parte, a cambio de ser aupado hasta la Moncloa. Esa es la tesis de Arcadi Espada en su último artículo en El Mundo. Y en estos términos tan gráficos lo detalle: “El golpismo nacionalista no pactó con Sánchez para tenerlo cogido por lo blando, sino para mostrar por donde lo tenía cogido”.

Así las cosas, y con declaraciones de tanta obscenidad, como las del portavoz de ERC en el Congreso, Joan Tardá, condicionando el voto a los presupuestos  “si el Gobierno no insta a la Fiscalía a retirar las acusaciones por el 1-O", para Espada el descrédito del Estado de Derecho está servido: “La más flagrante deslegitimación de los trabajos de la Justicia española en torno a los encarcelados fue el pacto del socialismo con los independentistas. Con razón absoluta se preguntaría un juez alemán -o belga, o inglés, o suizo- qué suerte de golpe de Estado fue este que ha cuajado en un Gobierno del Estado sostenido por golpistas”.

 

Y lo peor es que el presidente del Gobierno no da señales de que quiera variar esa situación. Más bien acepta mansamente seguir  “cogido”, según describe el agudo articulista: “Sánchez aceptó los votos golpistas porque en realidad no creía que lo fueran. Y si no creía que lo fueran, su obligación es liberar a los encausados de sus cargos. Lo principal de este razonamiento no es que describa el concepto que Tardà tiene de la democracia. Tardà, como cualquier otro protagonista del Proceso, ha dado innumerables ejemplos de su capacidad para pisotearla. Sus palabras no están destinadas a fijar un bronco y conocido semblante totalitario, sino a reforzar la especie de que España es una democracia fallida, en la que pueden circular hipótesis insultantes como esta de que la aprobación de unos Presupuestos quede sujeta a la suplantación del Poder Judicial por el Ejecutivo”.