| 26 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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El guardia civil que sacó a Julen: “Cogí el cuerpecito y la subida fue eterna"

Nicolás Rando ha emocionado a todo el país relatando como fue el momento decisivo del rescate del pequeño tras muchos días de dolor y desesperación.

| ESdiario Medios

Le tocó por turno afrontar la etapa final, y la más dura, del titánico rescate de Julen: recoger su cuerpo y subirlo a la superficie. Y a pesar de contar con más de dos décadas de experiencia a sus espaldas, no lo olvidará mientras viva. Fue Nicolás Rando, un guardia civil malagueño de 44 años, que lleva 22 años en la Benemérita, forma parte del Grupo de Montaña de Álora (Málaga) y cuenta con cientos de actuaciones a sus espaldas. Además, tiene un hijo de 4 años.

En los micrófonos de la COPE el guardia civil ha reconocido que él simplemente es uno que representa a todos los compañeros que han participado en el rescate, y ha resaltado que “nunca se había encontrado con un rescate de esta envergadura”.

“Cuando nos enteramos de que Julen no tenía vida, hicimos el trabajo pericial, de inspección ocular, como en otros muchos casos. Este caso fue especial, teníamos mucha presión. Al ser un niño te involucras más. Coger el cuerpecito… fue muy triste. Sobre todo cuando tienes hijos de esta edad”, ha lamentado.

“Mentalmente yo sabía a lo que iba y sabía a lo que me enfrentaba. En ese momento solo piensas en hacer el trabajo para que los compañeros puedan esclarecer lo mejor posible lo que le ha ocurrido al niño”, ha recordado.

Rando ha asegurado que hicieron turnos para bajar: “Yo bajé primero y luego mis compañeros. Bajamos junto a un minero para ver si había que hacer más excavación, para ayudarnos entre nosotros, porque somos un equipo”.

“El agujero que hicieron los mineros no era muy estrecho, te podías poner incluso de rodillas. La capacidad de trabajo de los mineros era impresionante”, ha resaltado.

Sobre la presión mediática, el guardia civil ha reconocido que “era imposible no escuchar ni ver a los medios de comunicación. No podíamos aislarnos, porque además veíamos todos los días a los padres. Porque tú también eres padre y notas ese sufrimiento muy de cerca”.

 

 

Rando ha añadido que la labor no fue nada fácil, y menos en las condiciones que se dieron: “Cuanto más empujaba la montaña, más empujábamos nosotros. Somos trabajadores, especialistas en montaña, nos formamos a diario y estamos preparados para este tipo de cosas, pero la peligrosidad está siempre ahí”.

De la subida con el cuerpo de Julen solo recuerda que “pedimos que se hiciera lo más rápido posible, pero a mí se me hizo eterna”.