| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Este fue el único momento cordial entre Pablo Iglesias y Albert Rivera. FOTO: Atresmedia
Este fue el único momento cordial entre Pablo Iglesias y Albert Rivera. FOTO: Atresmedia

El tuteo entre Albert y Pablo no evita que salga a relucir el odio entre ambos

"¿Creen que este es el tono adecuado para un debate? Funciona bien televisión, pero ya me dirán", dijo Évole para tratar (en balde) de rebajar tensión entre los líderes de Podemos y C´s.

| David Lozano Medios

El Partido de Vuelta ha sido más bronco de lo esperado. Es verdad que no había que ser un fino analista para imaginar que el debate entre Pablo Iglesias y Albert Rivera no iba a tener el mismo tono cordial y amable que el partido de ida, pero pocos esperaban los adjetivos y la actitud tan dura que entre si han tenido, el uno con el otro, los líderes de Podemos y Ciudadanos

En todos los temas expuestos por el presentador de este especial de Salvados los dos líderes de los llamados partidos emergentes, o nueva política, han chocado frontal y personalmente. Ambos, Iglesias y Rivera, han matado al espíritu del Tío Cuco, como se bautizó así al primer encuentro televisivo entre ambos, aludiendo al buen rollo de los dos, que tuvo lugar en un bar de un barrio popular barcelonés. Más allá de las diferencias ideológicas y lo defendido por uno u otro líder, el lenguaje no verbal ha sido francamente revelador. Los dos dirigentes evitaban mirarse a los ojos y se interrumpían continuamente. Debe igual el tema abordado, en todos ellos hubo desencuentro y un gesticulante Iglesias trataba con esa estrategia poner nervioso a Rivera. A ratos lo consiguió. 

Eres un demagogo, no juegues con la muerte", increpaba Rivera a un Iglesias que no escuchaba tras soltar un duro argumento: "vas con cámaras de televisión a abrazar a un refugiado sirio y luego votas en el Congreso que se bombardee Siria

El espectador por momentos creía estar reviviendo aquellos tensos debates del bipartidismo entre José María Aznar o Felipe González o más recientemente el de la pasada campaña entre Mariano Rajoy y Pedro Sánchez. Cualquier bloque temático era motivo de bronca y acusaciones. Grecia, el comunismo de China, Venezuela, la alianza entre Podemos y la IU de Alberto Garzón, pero sobre todo la política de refugiados han provocado el incendio entre ambos líderes que si bien se tuteaban evidenciaban que no se tienen simpatía alguna. Iglesias ha acusado a Rivera de "ir a hacerse la foto" mientras en Cataluña votaban por quitar la tarjeta sanitaria a los inmigrantes ilegales. 

Eran los momentos más críticos y tensos del partido de vuelta. "Eres un demagogo, no juegues con la muerte", increpaba Albert Rivera a un Pablo Iglesias que no escuchaba tras soltar un duro argumento: "vas con cámaras de televisión a abrazar a un refugiado sirio y luego votas en el Congreso que se bombardee Siria", "no seas demagogo, no juegues con el dolor y la muerte de las personas". E iglesias erre que erre repetía la misma argumentación ante un demasiado permisivo Jordi Évole.

Al final del programa, y para afearles aún más la conducta al de Podemos y Ciudadanos, Évole le leía los tuits críticos que ambos habían escrito valorando el debate televisivo entre Rajoy y Sánchez. A ambos, el de Salvados, les sacó entonces los colores y no tuvieron más remedio que reconocer que la cosa se les había ido de las manos. 

Segundos después de terminar el debate, Javier Maroto (PP) decía en La Sexta que se acabó la "nueva política" y "hemos visto lo peor del y tú más". "Sólo le han faltado decirse indecente". En similares términos se ha expresado Margaritas Robles (PSOE) que ha reconocido estar "muy sorprendida" por la dureza del programa y las descalificaciones entre los naranjas y morados. Eran las posteriores valoraciones que formulaban en El Objetivo de Ana Pastor.