Dacia Spring, soy austero porque quiero

Me llamo Dacia Spring y puedo aconsejarte sobre cuándo comprar un eléctrico porque soy uno de ellos. Si no puedes instalar un poste en tu casa o trabajo, no lo hagas. Si no consigues esas buenas cifras de autonomía, aprende conducción ecológica. No des acelerones ni vayas pegado al coche de delante, porque los eléctricos recuperamos mucha energía en las retenciones, pero no en las frenadas. No tengo intención de agujerear tu bolsillo: puedo costarte algo más de diecinueve mil euros, que se quedarán en unos doce mil si la Administración te ayuda. Ante de decidir, infórmate sobre el plan MOVES III.

Por si no lo habías deducido de mi potencia máxima de 45CV, no soy un coche de carreras. Tampoco lo pretendo. Quiero ser tu solución de primavera: un coche eléctrico sin lujos que probablemente tengas que cargar solo tres veces a la semana. Eso, si me llevas siempre a trabajar. Que te trae, como los bebés, un pan debajo del brazo: una etiqueta 0 de la Dirección General de Tráfico para que aparques gratis en verde o azul. Y una estética fresca. Dicen que soy el más guapo de los Dacia. Y puedo circular a la velocidad máxima legal, aunque también has deducido que tardo un ratito en desarrollarla. De 0 a 100, unos 19 segundos.

Pero nunca dije que fuera uno de esos engendros diseñados para carreras de aceleración que los yanquis llaman dragsters. Tampoco soy un todocamino a pesar de que me diseñaron con esos espectaculares pasos de rueda negros que ves en la foto. Porque mi altura libre hasta el suelo es bastante normal: quince centímetros. Me muevo bien en el asfalto con cuatro personas a bordo y llamo la atención: a menudo te preguntarán por mí.

Soy austero porque quiero: para llegar a ti. Esto significa que llevo el equipamiento justo para un coche de ahora: seis airbags, elevalunas eléctricos, un sistema multimedia con pantalla táctil y aire acondicionado. Mi cambio no tiene posición de aparcamiento, hay que dejarme en directa o en marcha atrás. No emito ni un gramo de gases tóxicos cuando circulo, pero tengo más novedades tecnológicas: como My Dacia, una aplicación para el móvil con la que programarás a distancia la carga, encenderás la calefacción por anticipado o incluso me encontrarás en la calle. Y, por encima de todo, tengo una pregunta: ¿alguien te da más por menos?