El renting para particulares sigue creciendo gracias a su flexibilidad

Con el panorama de la movilidad en ebullición y las dudas generalizadas sobre qué tecnología será la que finalmente triunfe en lo que a los coches para uso particular se refiere y ante la constante evolución tecnológica que la electrificación está experimentando, los usuarios se están decantando cada vez menos por la compra en propiedad de su vehículo y las fórmulas de renting ganan peso en cada conteo de las matriculaciones. La demanda del renting por particular se ha multiplicado por seis en los últimos tres años.

Hasta hace escasamente un lustro, los alquileres a largo plazo de automóviles eran una práctica casi exclusiva para empresas y autónomos. Hoy en día muchos compradores se están decantando por el renting debido a las ventajas que les ofrece ante la incertidumbre reinante, y gracias a la llegada de nuevas compañías como Vamos, una startup española que funciona exclusivamente online,  la oferta de coches a su alcance ha crecido mucho, con solicitudes de presupuestos que se pueden realizar cómodamente a distancia en un proceso 100% digital. 

Algunas personas tienen dudas sobre si el renting para particulares es una mejor opción que comprar un vehículo. La verdad es que al hacer la comparación, los datos hablan por sí solos. Al comprar un vehículo hay que hacer una inversión, generalmente financiada, lo que supone inmovilizar una mayor suma de dinero. Con el renting de Vamos esto no sucede, ya que no hay entrada inicial y sólo pagos mensuales.  También, es importante tener en cuenta que al comprar un coche correrán a cargo del propietario el seguro, el mantenimiento, el cambio de neumáticos, los impuestos anuales etc. Esto con el renting no ocurre.

Otra de las ventajas que tiene el renting para particulares y que más valoran los usuarios es que al finalizar el contrato podrán elegir otro coche mientras continúan disfrutando de los beneficios del alquiler a largo plazo. Es una forma de ahorrar dinero y de cambiar de vehículo cada cierto tiempo sin que la cartera sufra. El contrato varía entre los 2 años y los 5 años de duración, con lo que esta formula permite conducir siempre la última tecnología que la industria haya desarrollado y beneficiarnos de una mayor eficiencia y seguridad.