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Prepotencia y desidia: las víctimas siguen en el circo de Alfafar

Bien es sabido que muchos circos alquilan a los animales, como si se tratase de muebles. Este año los animales son otros. Pero su situación no es distinta

| Raquel Aguilar * Municipios

El 31 de enero de 2019 entró en vigor una modificación de la Ley 4/1994 , de 8 de julio, de la Generalitat Valenciana, sobre protección de los animales considerados “de compañía” en que quedaba prohibida “la instalación y actuación de circos con animales en la Comunitat Valenciana y las atracciones feriales con animales atados del tipo carruseles u otros similares”, suponiendo una infracción muy grave “los espectáculos de circo con animales y las atracciones feriales con animales atados del tipo carruseles u otros similares”.

Sin embargo, más de dos años después de esta modificación legislativa, en el municipio de Alfafar hay instalado desde hace más de medio año un circo con caballos, burros, dromedarios, bueyes,...animales que se encuentran confinados en espacios reducidos, junto a una vía rápida de 6 carriles de circulación que les suponen una continua exposición al ruido y a la contaminación atmosférica.

Desde el Partido Animalista llevamos años denunciando la situación de los animales que son obligados a actuar en este circo. Sin embargo, la inacción y falta de ética de la administración autonómica ha dejado totalmente abandonados a su suerte a los animales que han ido pasando por este infierno ambulante.

Este año el ayuntamiento de Alfafar ha precintado la instalación, por no cumplir con los requisitos legales necesarios para otorgarle la licencia, entre ellos, la utilización de animales. Sin embargo, el circo ha continuado llevando a cabo diversas actuaciones. Ante la falta de respuesta de la Generalitat Valenciana, responsable de aplicar las sanciones, el asunto se encuentra en el juzgado de lo Contencioso-administrativo.

La verdad es que resulta indignante la prepotencia con que actúan algunos ciudadanos-empresas, pero lo que más me enfurece es la falta de actuación de administraciones como la Generalitat Valenciana, especialmente cuando esta desidia implica el sufrimiento de los animales.

Porque no hay más que acercase a las instalaciones del circo para ver cómo están. En ocasiones anteriores, varios tigres pasaban horas tumbados con la mirada perdida y cuando se levantaban lo hacían para dar vueltas de forma incesante en sus minúsculas jaulas.

Bien es sabido que muchos circos alquilan a los animales, como si se tratase de muebles. Este año los animales son otros. Pero su situación no es distinta. Vemos a animales que rascan desesperados el suelo, mostrando de este modo su estrés, ancianos que se levantan y tumban con evidentes signos de dolor, otros que se acercan buscando algo de cariño, quien sabe si esperando que les liberen de esa cárcel...Si hay algo que todos ellos comparten es la desesperanza en su mirada.

Porque en los circos que utilizan animales éstos son los protagonistas involuntarios.

Para ellos no hay risas, momentos divertidos, ni tiene cabida la ilusión.

Su mísera vida consiste en viajar cientos, e incluso miles de kilómetros, de un recinto a otro, con el estrés que supone para estos animales el transporte y estar contínuamente cambiando de entorno. Deben soportar bruscos cambios de temperatura al estar continuamente a la intemperie en solares reducidos, en los que no pueden realizar el ejercicio físico que necesitan y en los que carecen de cualquier tipo de elemento que permita lo que se conoce como enriquecimiento ambiental.

A esto hay que añadir crueles entrenamientos basados en el dominio y la anulación de la voluntad, para conseguir que lleven a cabo ejercicios totalmente antinaturales, que les ocasionan gran dolor durante todo el proceso. Además, este continuo sometimiento y castigo les produce un gran daño psicológico.

Como ves, la alegría en estos circos sólo la disfrutan quienes hacen caja a costa de imponer una vida de miseria y robarles el alma a estos animales y quienes desconocen qué hay detrás de las actuaciones. No creo que nadie, con un mínimo de empatía y compasión, sabiendo el sufrimiento perpetuo a que son sometidos cualquiera de estos caballos, bueyes, tigres,...pueda disfrutar de estos dantescos espectáculos.

Si lo desconocías, ahora ya sabes qué se esconde detrás de cada actuación donde los animales son protagonistas involuntarios, condenados a una itinerante vida de miseria con un proceso de aprendizaje basado en el dolor y la anulación. Está en tus manos no perpetuar este intolerable negocio.

No asistas, no seas cómplice de su sufrimiento. Si quieres ver animales, hay otras formas de conocerles en sus hábitats, tal como son en realidad.

Y si sabes de alguien que va a asistir, cuéntales el dolor que se esconde detrás de las piruetas imposibles. Ellos no tienen voz, no pueden defenserse, así que debemos contarlo por ellos.

Por nuestra parte, seguiremos concienciando y trabajaremos para que las administraciones condescendientes con quienes hacen sufrir a los animales se pongan a trabajar de una vez y hagan cumplir la ley. 

*Coordinadora provincial de PACMA en Valencia