| 30 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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¿Cerdo, canguro o conejo? Ninguno, es un oricteropo

Vídeo: nace en Bioparc uno de los animales más extraños del mundo

| Redacción Valencia Municipios

Un desconocido animal ha nacido en BIOPARC Valencia, de hecho, es tan desconocido que este es el único lugar de toda España en el que existen parejas reproductoras de esta especie. Se trata del oricteropo, también conocido como cerdo hormiguero, un animal muy especial que se caracteriza por su aspecto singular.

Su hocico recuerda al de un cerdo, su desproporcionada cola parece de un canguro, las orejas asemejan a las de un enorme conejo y con sus fortísimas y afiladas garras es capaz de excavar grandes madrigueras con una fuerza equiparable a tres hombres.

El parque de Valencia se ha convertido en un centro de referencia en la conservación de esta estravagante especie incluida en la “Lista Roja” de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Dentro del programa internacional para su preservación (ESB), la pareja formada por la hembra Danny y el macho Charly es el único grupo reproductor en España y ya ha tenido varias crías que han sido trasladadas a otros centros siguiendo las directrices de los expertos internacionales, la ultima el pasado año.

La recién nacida ha pesado 1,9 kg. y hasta que alcance los 2,5 kg se controla que se alimente correctamente y se mantiene una estricta vigilancia de la temperatura y humedad del ambiente. Cada noche sus cuidadores efectúan una revisión exhaustiva de la cría, de la que todavía se desconoce el sexo, la limpian, pesan e hidratan su piel. Para favorecer el bienestar de la madre y el recién nacido, permanecen separados del padre y todavía no están a la vista del público.

El oricteropo es de hábitos nocturnos y duerme profunda y placenteramente durante el día. Despierta al oscurecer y comienza su frenética actividad en la amplia zona exterior. En estado silvestre se alimenta de hormigas y termitas y utiliza sus potentes sentidos del olfato y del oído para localizar a sus presas. Una vez detectada la zona de mayor densidad de ellas, cava con gran rapidez e introduce su larga y pegajosa lengua de 30 cm de longitud con la que puede llegar a comer en una noche 50.000 insectos.