| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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La reacción de una víctima valenciana de ETA ante las palabras de Otegui

Carlos Casañ, hermano del asesinado José Edmundo Casañ, muestra su inquietud sobre la posibilidad de que los PGE de 2022 puedan servir para sacar de la cárcel a 200 terroristas

| J.M. Municipios

La declaración de EH Bildu expuesta por su líder, Arnaldo Otegui, en la que reconoce "el sufrimiento" causado a las víctimas de ETA ha suscitado bastante inquietud en el conjunto de la sociedad española. Hay quienes enmarcan estas declaraciones en una estrategia para respaldar los próximos Presupuestos Generales del Estado a cambio de que el Ejecutivo de Sánchez cumpla con la exigencia de sacar a 200 etarras de las cárceles. "Tenemos a 200 presos en la cárcel y si para sacarlos hay que votar a favor de los Presupuestos, pues votamos. Así de alto y de claro os lo digo", aseguró Otegi en euskera en ese encuentro celebrado en Eibar.

Pero también hay otro sector resentido con la declaración de Bildu, porque ni se pide perdón ni se reconoce la injusticia de ETA en todos sus años de terror. En concreto, Carlos Casañ, hermano del asesinado José Edmundo Casañ, confiesa en una entrevista para El Faro que no percibe ningún tipo cambio tras escuchar las palabras de Otegui y sospecha que pueden convertirse en un “brindis al sol” tal como se escenificó con la “teórica” entrega de armas. 

“Urrusolo Sistiaga fue uno de los dos asesinos de mi hermano, y le oía hablar de que hay que ir directamente a las bases, pero no sé a qué bases se refiere; las víctimas ya no están, pero los familiares somos los que seguimos estando aquí”, explica Carlos Casañ.

Por ello, no entiende cómo “los que dicen llamarse constitucionalistas” pueden promover la aprobación de unos presupuestos a cambio de “blanquear los asesinatos”. “Menos palabras y brindis al Sol, y más ayudar a esclarecer los más de 300 atentados que todavía no se sabe quiénes fueron sus autores”, denuncia.

El 4 de marzo de 1991, José Edmundo Casañ fue asesinado por ETA en las oficinas de su empresa en Valencia. José Luis Urrusolo Sistiaga fue su asesino, y fue condenado en 2002. En 2016, tras pasar 19 años en prisión y tras haberse arrepentido y abandonado la banda terrorista, Urrusolo salió de la cárcel. Este martes participó en un acto junto a víctimas del terrorismo, y valoró las palabras de Arnaldo Otegi en las que lamentaba el dolor de las víctimas, pero sin condenar a ETA. Urrusolo Sistiaga afirmó que espera que el mensaje “llegue a la base de la izquierda abertzale”.