| 14 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Pablo Iglesias
Pablo Iglesias

Contra la violencia, Estado de Derecho

A Pablo Iglesias le protege la Constitución que él denigra cada día. Y lo hace porque denigra a España, una identidad nacional sustentada en la misma Carta Magna.

| Fernando de Rosa Opinión

 

La defensa del Estado de Derecho es el mejor antídoto contra la violencia. No se puede construir ningún proyecto democrático, ni de libertad ni de igualdad, sin respetar las normas que entre todos nos hemos dado.

La Constitución de 1978 y la Monarquía parlamentaria, ambas instituciones fruto del consenso y respetadas por los ciudadanos durante décadas, han posibilitado la alternancia política pacífica entre los dos bloques ideológicos mayoritarios en España, el centro-derecha y el centro-izquierda.

Poco a poco, la idea de anormalidad democrática se va posicionando para derribar los cortafuegos que se crearon en la transición para evitar precisamente la carcoma radical.

Como decía Peter Drucker, considerado como el padre de la moderna sociedad del conocimiento: “Los motores del populismo son la envidia y el odio”. Lo cual implica que nadie está al margen de la ley, que todos los ciudadanos y los poderes públicos están sometidos a la Constitución y al resto del ordenamiento jurídico.

 

Violencia es el ataque contra el Poder Judicial perpetrado por el Partido Socialista, aliado con los comunistas de Podemos y los separatistas de Bildu, ERC y Compromís, queriendo aplastar a la Justicia para someterla a sus dictados y que Europa ha denunciado para nuestra vergüenza.

Violencia es emplear el BOE para insultar al Partido Popular, acusando a un partido democrático de liberticidas de los derechos fundamentales, como ha ocurrido en la exposición de motivos de la ley que deroga parte del artículo 315 del CP. ¡Lo nunca visto en democracia!

Violencia es la política penitenciaria de este Gobierno que se ha convertido en una pieza más para cimentar los pactos que permiten a Sánchez seguir en el poder. El Ministerio del Interior ya está haciendo que los presos terroristas estén en cárceles próximas al País Vasco, actuando sin tener en cuenta el dolor de las víctimas que solo exigen dignidad y Justicia.

El Estado de Derecho es respaldar a toda persona objeto de acoso, amenaza y coacciones por radicalismos

Violencia es la propuesta efectuada por los independentistas catalanes, socios de Pedro Sánchez, de despenalizar los delitos de injurias a la Corona y los ultrajes a España. Es doloroso ver cómo el Gobierno socialista ni siquiera ha venido a denunciar dicha propuesta.

No es tolerable el ataque frontal contra nuestros sentimientos nacionales amparándose en un mal entendido derecho a la libertad de expresión, porque nunca la expresión puede ser libre para incitar el odio y provocar el enfrentamiento, ese es el límite que el Tribunal Constitucional ha marcado para el ejercicio de los derechos.

Las palabras del expresident Torra sobre los españoles: “son bestias carroñeras, víboras, hienas con una tara en el adn”, son una clarísima manifestación de violencia verbal y no es mas que la punta del iceberg del movimiento independentista catalán.

La convivencia

En un Estado social y democrático de Derecho, los ciudadanos y los poderes públicos deben colaborar por una convivencia en paz basada en el respeto a la Ley y a las decisiones judiciales.

En este contexto, es clave ser leal a la Constitución, sin que por acción u omisión se amparen, legitimen o protejan, conductas tendentes a romper el orden constitucional. Todos tenemos un compromiso inquebrantable con la libertad, los derechos individuales y la separación de poderes, así como la existencia de pesos y contrapesos como marco de convivencia y progreso de nuestra sociedad.

El Estado de Derecho es respaldar a toda persona objeto de acoso, amenaza y coacciones por radicalismos de cualquier signo, garantizando siempre la obligación de hacer frente a aquellos que incumplan los principios de convivencia democrática, porque España es un Estado democrático, un Estado Social y un Estado de Derecho.

Decir hoy Constitución, es decir España, y decir España es decir Constitución. Por eso para defendernos de la violencia es necesario el escudo de la Constitución y del Estado de Derecho.