| 27 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Tezanos ha irrumpido con fuerza en la precampaña madrileña.
Tezanos ha irrumpido con fuerza en la precampaña madrileña.

Cuidado, el CIS

A falta de ilusionar con las propuestas o candidaturas ilusionan con lo que pueden: con el sabor de una victoria cercana. "Estamos a punto de gobernar, no te quedes en casa", dicen.

| Liusivaya Opinión

 

Este lunes ha salido el CIS. No es que suela dedicarle artículos enteros, pero esta vez sí lo haré. Porque en Madrid se juega casi tanto como en el propio CIS cada vez que tiene que sacar una encuesta: todo un futuro, en el primer caso el de la Comunidad Autónoma de Madrid y en el segundo el de José Félix Tezanos.

Las encuestas pueden tener muchos efectos. La gran mayoría de ellos se pueden prever, pero casi nunca controlar. Algunos podrían incluso provocarse aposta para conseguir una serie de "reacciones deseadas" que, sin embargo, no siempre terminan siendo las esperadas. Veamos.

Según el CIS habría un empate entre la derecha y la izquierda en Madrid: 68 escaños de PP y VOX frente a 68 escaños de PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos. Asignación que además, según Metroscopia, no parece del todo correcta, pues utilizando los porcentajes del propio CIS la izquierda superaría a Ayuso y Monasterio con 70 escaños frente a sus 66.

Ciudadanos no entraría, lo cual ya nos lo esperábamos sin encuesta ninguna. Acto seguido tenemos a Pablo Iglesias como el candidato peor valorado. ¿Qué quiere decir todo esto?

En primer lugar, jamás olvidemos que las encuestas lejos de ser una predicción fiable son tan solo el retrato, mas o menos fiel dependiendo del caso, de la intención del voto en el momento en el que se realizaron. Es decir, no disponemos de ningún retrato de la intención de voto a día de hoy, tan solo de la del mes pasado en el caso del CIS.

En segundo lugar, las encuestas no solo reflejan la realidad sino que la cambian. Dicho efecto además, aunque siempre se intenta controlar, tiende a ser sumamente poco previsible. En las encuestas anteriores al CIS hechas por otros medios no se cuestionaba la amplísima aunque no absoluta mayoría de Ayuso que, según todas ellas, terminaría gobernando con VOX. Veíamos también una clara desmovilización dentro de la izquierda. ¿Y qué es lo que mejor moviliza? Dos cosas: el miedo y la ilusión.

Y mientras la herramienta del miedo se lleva invocando desde ambos frentes desde hace tiempo (léase, "que viene el comunismo" de Ayuso y Monasterio frente al "que viene la ultraderecha" de todos los demás) la de la ilusión hasta la fecha solo la había sabido y podido explotar la candidata del Partido Popular. La Ayusomania es una realidad. Y nada tienen que hacer frente a ella ni el "soso, serio y formal" de Gabilondo ni mucho menos el otra vez proletario de Iglesias por mucha sudadera de Fariña que se ponga.

Así que a falta de ilusionar con las propuestas o candidaturas ilusionan con lo que pueden: con el sabor de una victoria cercana. "Estamos a punto de gobernar, no te quedes en casa". Iván Redondo ha hecho los deberes y sabe que la clave una vez más está en la movilización, sobre todo en la de la izquierda. Porque la derecha ya está movilizada por su reina Isabel.

¿Qué quieren entonces? Fácil: más movilización de los votantes de izquierdas, más voto útil a Gabilondo, menos Más Madrid y menos Unidas Podemos. Por eso todos los sondeos de instituciones afines al PSOE es muy probable que saquen encuestas de "casi victoria" que refuercen ese relato.

Lo cual no quiere decir que no sean reales: nunca hay nada claro en unas elecciones. Y ahí es justo donde espero que venga el efecto "no deseado" provocado en el contrario. Pues el casi gobierno de Gabilondo no solo moviliza a la izquierda que lo quiere posible, sino también a la derecha que no lo quiere ver ni en sueños. La clave estará, por lo tanto, en quiénes se movilicen más y mejor. Y el tiempo (que no el CIS) dirá si son los nostálgicos del comunismo o los defensores de la libertad.