El padre perejil de todos los saraos

Lo confieso: no me cae bien. Nunca me ha parecido un ejemplo a seguir y sí el perejil de todas las salsas. El padre Ángel es el Wally de cualquier sarao que se precie. No hay más que buscarlo y lo encuentras. Siempre. Da lo mismo que sea una entrega de premios, una toma de posesión o el Congreso del PSOE, que ya me dirán ustedes qué pinta este señor en un acto político de un partido que, aparte de ser laico, está a favor, entre otras cosas, del aborto, del matrimonio homosexual y de eliminar cualquier señal, símbolo o signo que huela a catolicismo, todo ello muy legítimo pero contrario a lo que promulga la religión de la que supuestamente este señor es uno de sus representantes.

No me gusta el padre Ángel. No me gusta ese pseudo albergue sin las mínimas condiciones de salubridad que ha organizado en la iglesia de San Antón de Madrid donde decenas de personas sin techo duermen sobre los bancos, comen sobre los bancos y hacen sus necesidades donde pueden. No me gusta ese afán suyo por salir en la foto, ni su habilidad para arrimarse al sol que más calienta.

Resumiendo y por si no ha quedado claro, no me gusta este cura perejil al que le tira más el escaparate que la trastienda. ¿Y saben qué es lo más curioso? Que pese al márquetin que se ha montado, cada vez que verbalizo esa sensación que me produce de que no todo el trigo que vende está limpio de polvo y paja, siempre hay alguien que, independientemente de su ideología, sexo, religión y condición, está de acuerdo conmigo.