| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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¿Por qué no enseña la hipoteca Iglesias?: el Código Ético de Podemos le obliga

Iglesias y Montero se saltan varias obligaciones de su propio Código Ético: la más relevante, enseñar su préstamos hipotecario, plagado de dudas y extrañas casualidades. Y no es la única.

| Javier Rodríguez Opinión

Punto XI, apartado a) Del Código Ético de Podemos, obligatorio para todos sus cargos públicos y políticos: "La limitación salarial que se establezca con carácter general para cada nivel de representación, asumiendo la obligación de rendir cuentas públicamente y con la consiguiente aceptación del compromiso de total transparencia en lo relativo a sus ingresos (por cualquier concepto) y a la gestión de su patrimonio, tanto a lo largo del ejercicio de su actividad
como al final de ella".

Una interpretación literal de la ley interna de Podemos obliga a Pablo Iglesias e Irene Montero a hacer dos cosas que, más allá de comunicados y consultas convocadas, no han hecho: enseñar la controvertida hipoteca que firmaron a principios de mayo con la Caja de Ingenieros, una entidad con la que al menos el secretario general de la formación nunca había trabajado y, pese a ello,  se convirtió en protagonista de la operación.

Habituado a trabajar con ING, tal y como consta en su declaración de bienes de obligatoria inclusión en la web de Congreso, el líder de Podemos recurrió esta vez a una pequeña y desconocida entidad bancaria muy ligada al procés de independencia para financiar su aventura inmobiliaria, algo también tajantemente prohibido para su partido: "Impedir que Podemos participe de productos bancarios de deuda en lo relativo a su gestión económica. Por tanto, se excluye expresamente cualquier posibilidad de financiación bancaria".

¿Favoritismo?

El Código exige al partido no recurrir a los bancos, aunque no explica si ese veto es extensible a sus cargos. Sí es explícito en la obligatoriedad de enseñar todos los detalles del patrimonio propio, entre los cuales la suscripción de una polémica hipoteca está incluida. Pero no se ha hecho, al menos hasta ahora, pese a que arrecian las críticas no sólo sobre la compra, sino también sobre el banco elegido, las condiciones logradas y el posible favoritismo concedido.

 

 

Todo es una nebulosa al respecto, hasta el punto de que ni siquiera está claro cuánto dinero exactamente ha costado la mansión, cuánto dio la pareja de entrada, de dónde salió ese dinero y cuál es el importe total pedido. El baile de cifras es amplio y los aludidos no lo han aclarado documentalmente. Sólo se sabe que la casa, en una selecta urbanización perteneciente a Galapagar, costó entre 600 y 660.000 euros y que la hipoteca concedida rondó los 540.000 euros.

Las letras anunciadas tampoco coinciden: desde los 500 euros al mes anunciados erróneamente por Monedero, el mayor paladín de la pareja; hasta los 1.600 reconocidos por ellos; todas las calculadoras hipotecarias elevan la cifra real hasta no muy lejos de los 2.000 euros mensuales, una vez incluidos los gastos totales del préstamo.

Las preguntas

¿Por qué no enseñan los papeles y por qué no explican a qué se debió la elección de la extraña Caja de Ingenieros? Mientras, la polémica crece y la falta de respuestas se solapa con una petición de intimidad que no tiene mucho éxito. Las preguntas se agolpan, pero las respuestas brillan por su ausencia.

El Código Ético de Podemos les obliga a enseñar la hipoteca y a detallar todos sus ingresos, vengan o no de la política

¿Es cierto que Podemos depositó 3.6 millones de euros o incluso el doble de esa cifra en esa Caja unos meses antes antes de que sus dos principales dirigentes suscribieran ventajosa la hipoteca? ¿Qué condiciones exactas les dieron, muy por debajo de las normales para el resto de clientes si es verdad que el interés es de solo un  0.5% sobre el euríbor? ¿Recibieron más de un 80% del límite máximo preceptivo para que cualquier banco aprueba la operación y por qué? ¿Cuál fue la entrada exacta y dónde están los contratos, transferencias y pagos que atestigüen los pagos y los supuestos préstamos familiares previos?

Son preguntas que flotan sobre el aire, auspiciadas por el ahora olvidado Código Ético que Podemos aprobó para garantizar una transparencia hoy inexistente. No sólo en los gastos. También en los ingresos y en los salarios: la 'ley' interna del partido obliga a detallar minuciosamente todos los ingresos de sus cargos públicos, con independencia de que no procedan de una Administración Pública, y regula el tope de retribución a tres veces el Salario Mínimo Interprofesional.

Según esto, la pareja solo dispondría de una máximo conjunto de 4.400 euros mensuales, apenas un poco más de los gastos estrictos que genera vivir en una mansión de esas características: casi 2.000 euros de letras y una cifra similar para el mantenimiento, la climatización, el servicio y los impuestos que genera una propiedad de ese estatus.

Las dudas

Mientras las bases decidirán de aquí al lunes si este episodio merece la exclusión de Iglesias y Montero de la jefatura del partido, antes y después seguirá habiendo agujeros negros por donde no ha entrado la luz: un cúmulo de preguntas que ninguno de los aludidos ha querido aclarar. Y no parece casual.

La controversia crece a menudo que la hemeroteca devuelve frases lapidarias de Iglesias contra políticos como el que él es ahora. Pero hay una, que hasta ahora ha pasado desapercibida, que las resume a todas con estruendo. Ocurrió en 2014, cuando el secretario general de Podemos se reunió en Uruguay con el entonces presidente, Pepe Mújica, conocido por haber renunciado a la casa oficial para seguir alojado en su domicilio de siempre.  Le acompañaba Íñigo Errejón y, al término del encuentro, dijo literalmente esto:

 

 

"Cuando los españoles conocieron a Mújica, vieron que es posible que un presidente se parezca a su pueblo. Un presidente no tiene que ser un privilegiado, no tiene por qué ir con corbata ni ganar quince veces más que un trabajador de la Administración Pública. Puede ser una persona normal, igual que los ciudadanos (...) Y eso sirvió para señalar algo muy importante en España: que estamos gobernados por una casta de privilegiados (...).  Mújica (demuestra) que un presidente no se tiene que convertir en una suerte de aristócrata. Él nos lo decía: es fundamental la ética y no imitar las formas del Antiguo Régimen. Para nosotros el estilo y la forma de Mújica es un ejemplo a imitar".