| 23 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pilar Llop
Pilar Llop

Estallido emocional

La izquierda vive una etapa de “estallidos emocionales” en la que las contradicciones y traiciones están a la orden del día

| Fernando de Rosa Opinión

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La exvicepresidenta valenciana, Mónica Oltra, tras declarar en el juzgado como investigada por prevaricación, omisión del deber de perseguir delitos y abandono de menores, ha acuñado un nuevo término que seguro va a tener mucho recorrido en la política actual como sinónimo de mentira: “estallido emocional”Este fenómeno provoca que se actúe antes de pensar, a veces para beneficio nuestro y otras, para producir un perjuicio, pero en todo caso, se trata de una conducta tendente a ocultar la verdad o justificar una mentira.

La política de izquierda radical valenciana justificó ante el juez que un estallido emocional le llevó a hacer afirmaciones falsas cuando reconoció en el parlamento valenciano que ella fue la que ordenó abrir un informe paralelo para desacreditar a la menor que estaba siendo agredida sexualmente por el que por entonces era su marido y con el que convivía en el mismo domicilio.

Así pues, mentir en sede parlamentaria fue un “estallido emocional” y no un acto inmoral que hundiría para siempre a un político en cualquier sociedad democrática. Pero últimamente los políticos de la izquierda están teniendo muchos episodios de “estallidos emocionales” que dejan bien a las claras cuál es el estado emocional en que se encuentran a medida que se van acercando las elecciones.

Sin ir más lejos, la ministra de Justicia, Pilar Llop, tuvo un “estallido emocional” en el Senado cuando criticó la sentencia de los ERES dictada por la Sala segunda del Tribunal Supremo. En su comparecencia afirmó que era una sentencia muy cuestionada y criticada poniendo como ejemplo un artículo de un catedrático publicado en un diario andaluz en 2019, olvidando que la sentencia que condena a Chaves y Griñán ha sido dictada en septiembre de 2022, es decir, hace unos días. Como es obvio, es  muy difícil que un artículo de 2019 ponga en duda una sentencia de 2022, pero claro seguramente la ministra tuvo un “estallido emocional”.

También entró en ese trance psicológico, la ministra de Igualdad, Irene Montero, al afirmar que los niños, niñas y niñes han de saber que “tienen derecho a tener relaciones sexuales con quien les dé la gana basadas en el consentimiento”. Tras las críticas entró de lleno en el “estallido” y afirmó que todo ha sido una “campaña de la extrema derecha”, poniendo cara de indignada “emocional”.

Otro que sabe mucho  de estallidos es el presidente de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, ya que los ha visto en vivo y en directo en las Cortes valencianas. Así pues, en menos de una semana ha dicho en un foro social valenciano que iba a bajar los impuestos y a los pocos días ha solicitado al presidente Sánchez que castigue a las Comunidades Autónomas que decidan bajar los impuestos a sus ciudadanos, provocando una especie de cocktail emocional sorprendente.

Siguiendo en la búsqueda de “estallidos”, nos encontramos con las emociones encontradas de Emiliano García Page que no sabemos cuándo ha estallado, si en la reunión con Pedro Sánchez en Zaragoza donde aplaudió su intervención haciendo alarde de los pactos, o en su entrevista en el periódico “el Mundo” que le acusó de incoherente por su política de pactos. 

Tanto Oltra, Llop, Montero, Puig o Page, por decir los que han tenido penosas intervenciones en los últimos días, son la muestra clara de que la mentira puede recibir muchos nombres incluso “estallidos emocionales”, pero sigue siendo mentira, y mentir es lo contrario al respeto democrático por los ciudadanos. 

Pero claro, no podemos olvidar que  la” izquierda progresista que lucha por la gente”, tiene un gran maestro en  “estallidos emocionales” que es el presidente Sánchez,  que inició el estallido cuando lo echaron de la secretaria del PSOE el 1 de octubre de 2016 y sigue con las emociones estalladas a fecha de 2022. A mi, personalmente, me gusta más utilizar el diccionario de la lengua española y cuando alguien dice una mentira su denominación es mentiroso y que a cada cual le estallen las emociones como mejor le venga.