| 26 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Rovira pidiendo la liberación de su presidente, Oriol Junqueras.
Rovira pidiendo la liberación de su presidente, Oriol Junqueras.

Rovira dejó entrever a sus filas la fuga con una cruda confesión sobre su hija

A los buenos entendedores les bastan pocas palabras, y, aunque pilló a sus compinches en la causa secesionista con el pie cambiado, la secretaria general de ERC dejó caer su plan.

| Ricardo Rodríguez Opinión

La acción coordinada de los poderes del Estado ha permitido detener el desafío independentista y evitar la impunidad de quienes, ocupando los máximos cargos de Cataluña, pretendieron poner en riesgo la estabilidad política, social y económica del país. La pretensión de escenificar un gobierno “fake” en el exilio del detenido Carles Puigdemont, así como el reciente llamamiento a un “frente común” de Roger Torrent, solamente pueden tener cabida en mentes incapaces de asumir su derrota política ni la confrontación institucional.

El encontronazo del secesionismo con la realidad llevaba a Marta Rovira a huir a Suiza. La secretaria general de ERC se encargó de vender la espantada como una salida natural para alzarse contra un escenario antidemocrático y demás subterfugios, cuando lo que hizo fue rehuir con desfachatez de sus responsabilidades. Los pasos de Rovira reflejan que su salida de España formaba parte de un plan meditado en su ensoñación de impunidad. A los buenos entendedores les bastan pocas palabras y los más perspicaces en el seno de sus filas, atando cabos, pudieron incluso aventurar la espantada de la “número dos” del partido.

“Me siento incapaz de ver a Inés tras un cristal”. Una frase contundente de Rovira, pronunciada ante el grupo parlamentario de ERC

“Me siento incapaz de ver a Inés tras un cristal”. Una frase breve y contundente de la propia Marta Rovira, pronunciada ante compañeros del grupo parlamentario de ERC. La confesión pudo sonar a sentencia, aunque ninguno de los presentes dio por descontado que la secretaria general fuera a convertirse en prófuga de la Justicia. El jueves por la noche abandonó el Parlament en un coche cuyo destino era a priori a Madrid. Además, todos en la formación saben que la separación de la familia es lo que peor lleva Oriol Junqueras que, en prisión, está sometido a un cambio radical de vida. Evidente.

Cuesta arriba se le ha hecho al ex vicepresidente de la Generalitat disponer en Estremera de 2 charlas semanales de 20 minutos en una cabina separada por un cristal, aunque suele juntar en una sola de 40 minutos y de un vis a vis familiar de 2 horas 30 minutos de duración con contacto real al mes. El golpe es radical y traumático. La escapada de Rovira sólo ha podido sentar a cuerno quemado a Junqueras. Él es consecuente con sus actos y puso en manos de Marta Rovira el liderazgo de ERC presentándola de forma épica: “República tiene nombre de mujer”. Más pronto que tarde, también ella será devorada por sus actos.