| 25 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Libertad sin ira

Al gobierno de Sánchez y Yolanda Díaz, socialistas y comunistas, les da miedo la libertad, y para ello no dudan en ocupar todas las instituciones que pueden para que la ira se imponga.

| Fernando de Rosa Opinión

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El grupo musical 'Jarcha' puso letra en 1976 a las ansias de libertad de los españoles en la transición y durante el referéndum para la reforma política en diciembre de 1976, cuando sonaban con fuerza estas frases: “Libertad, libertad. Sin ira, libertad. Guárdate tu miedo y tu ira. Porque hay libertad. Sin ira libertad. Y si no la hay sin duda la habrá”.

Durante estas semanas no ha dejado de sonar en mi cabeza dicha canción, con su música y letra pegadiza, que yo escuchaba cuando acompañé a votar a mis padres siendo un adolescente.

Era verdad, en esos años empezaba un periodo de libertad, en la que los españoles quisieron dejar los extremismos y el enfrentamiento para abrazar sin ira a los distintos, a aquellos que pensaban diferente, porque la mayoría quiso guardar su miedo y pensar que si no había libertad total en 1976, sin duda la iba a ver pronto, como así fue con la aprobación el 6 de diciembre de 1978 del texto constitucional.

Hoy en día, trascurridos 46 años, el aroma de la libertad está perdiendo fuerza, puesto que desde el gobierno se está constantemente fomentando el enfrentamiento y volviendo a la división de los españoles entre buenos y malos según el pensamiento que cada uno manifestemos. En muchos lugares y momentos ha vuelto el mensaje preconstitucional: “cállate y te irán mejor las cosas”.

Al Gobierno le da miedo la libertad

Al gobierno de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz, es decir socialistas y comunistas, les da miedo la libertad, y para ello no dudan en ocupar todas las instituciones que pueden para que la ira se imponga a la libertad. Un ejemplo claro es la utilización del BOE como medio de imponer de forma sectaria sus “tics autoritarios”.

Lo vemos casi diariamente en las declaraciones de dirigentes de los partidos aliados para sostener el gobierno, y también en los debates parlamentarios. El último, en la discusión sobre la inclusión del delito de acoso ante las clínicas de interrupción del embarazo, en cuyo texto aprobado se va a meter en la cárcel a aquellas personas que se limiten a rezar en las inmediaciones de estos centros.

Hasta ahora era necesario para perseguir el delito de coacciones, el empleo de violencia o intimidación de suficiente entidad, para impedir que una persona hiciera algo a lo que tiene derecho, como es la interrupción del embarazo.

Pedro Sánchez no quiere libertad, quiere la ira, porque considera que todo aquel que piensa diferente es un peligro y no duda en utilizar el código penal para sancionar aquello que él considera molesto

A partir de ahora, el simple hecho de estar en la calle con un rosario se considera una intimidación de suficiente entidad para ser perseguida penalmente, por juzgar que esta visión intimida a una mujer que quiere acudir a un centro a interrumpir su embarazo.

Pedro Sánchez no quiere libertad, quiere la ira, porque considera que todo aquel que piensa diferente es un peligro y no duda en utilizar el código penal para sancionar aquello que él considera molesto, sin pararse en pensar que el derecho a opinar distinto es un derecho constitucional, igual que el derecho a reunirse y manifestarse en la calle, así como la libertad de expresión. Estos derechos se pueden ejercer libremente por los españoles con un único límite, que es el respeto a la Constitución.

Nos quieren llevar al pensamiento único, criminalizando las opiniones que la izquierda considera como inadecuadas. Para vivir en libertad sin ira y que no hubiera pensamiento único, acudieron nuestros padres a votar en los referéndum de 1976 y de 1978

El gobierno ha iniciado una deriva muy peligrosa, porque con esta modificación penal aprobada ¿quién nos puede garantizar que no se querrán penalizar aquellas otras opiniones que al gobierno le molesten?, o ¿aquellas que no sean las correctas según la hoja de ruta gubernamental?

Nos quieren llevar al pensamiento único, criminalizando las opiniones que la izquierda considera como inadecuadas. Para vivir en libertad sin ira y que no hubiera pensamiento único, acudieron nuestros padres a votar en los referéndum de 1976 y de 1978.

La palabra libertad es de las más bonitas que tiene nuestro idioma, porque refleja lo que cada persona desea en su fuero interno, sus anhelos, sus ilusiones, su proyecto de vida. Por eso hoy en día y más que nunca los españoles debemos apostar por la libertad sin ira.