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Narcís Serra, de las escuchas del CESID al desastre de Caixa Catalunya

Las claves del mayor escándalo bancario de la historia de España, tapado por el ruido en torno a Bankia pese a ser aún mayor. La figura de Serra y lo que sabe, ¿clave en la 'omertá'?

| Carlos Cuesta Opinión

 

 

El mismo vicepresidente que quedará para la historia por el caso de las escuchas del Cesid ha reaparecido en el historial de escándalos nacionales. Lo ha hecho para presidir la caja de ahorros que más dinero ha costado ya a los contribuyentes españoles. Pero la crítica social lo elude, lo aparta, prefiere esquivarlo para no cebarse con él. ¿Será por su paso por el Cesid? ¿Porque no es políticamente correcto denunciar lo ocurrido con un alto cargo del PSOE? ¿Porque no hay que despistar del intento de personalizar en Caja Madrid la crisis del 90% de las cajas de ahorros?

15 de junio de 1995: el vicepresidente Narcís Serra hace pública la dimisión del director general del CESID, Emilio Alonso Manglano, por los 'errores' cometidos en la custodia de documentos confidenciales. Pocos días después, 29 del mismo mes de junio, Felipe González, presidente del Gobierno, acepta la dimisión de Serra y del ministro de Defensa, Julián García Vargas. El motivo: el espionaje y grabación a políticos, empresarios, periodistas y el mismo Rey.

Pero Serra sigue tan vivo e intocable que en 1996 es nombrado secretario general del PSC y en 2005 presidente de Caixa Catalunya.

16 de marzo de 2017: el titular del Juzgado Central de Instrucción número 2 de la Audiencia Nacional abre investigación contra la ex cúpula de Catalunya Caixa por un presunto delito de administración desleal, tras aceptar la denuncia presentada por la Fiscalía Anticorrupción contra el ex presidente Narcís Serra, el ex director general Adolf Todó y otros 13 ex directivos miembros de la Comisión Ejecutiva y responsables de su inmobiliaria Procram.

La denuncia contra Serra, su mano derecha y 13 directivos partió, nada menos, de la Fiscalía Anticorrupción

La causa: que sus decisiones en varias operaciones inmobiliarias por toda España, Polonia y Portugal, entre los años 2000 y 2013 causaron un perjuicio de 720 millones de euros para Catalunya Caixa. Porque, según la Fiscalía, y tras denuncia del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), los órganos de gobierno de la entidad bancaria "acordaron intervenir en promociones inmobiliarias en el país e incluso en Polonia y Portugal", en las que "en la mayoría de los contratos de compra de los terrenos no se establecían cláusulas suspensivas o resolutorias del pago del precio condicionadas a la efectiva realización de los proyectos"; "no se hicieron tasaciones por expertos independientes de los terrenos a adquirir o los mismos eran del socio partícipe e incluso habían sido comprados por éste días antes de la venta a la sociedad participada"; "la Comisión Ejecutiva aprobó determinados proyectos sin competencia para ello"; o, simplemente por citar otro de los argumentos esgrimidos por el Ministerio Público, "la decisión del Consejo de Administración de 29 de abril de 2008 de acordar la separación de socios ante la situación de crisis inmobiliaria fue un error que supuso un mayor perjuicio para la entidad en beneficio de los socios".

Pero la prensa prefirió seguir monopolizando su capacidad de tiro en Caja Madrid. No un poco en una y más en otra. No: prefirió dar la noticia de forma somera y pasar a seguir criticando, en exclusiva, el escándalo milimétricamente clavado de la entidad financiera madrileña.

¿Por qué parte de la prensa monopoliza su capacidad de tiro en Caja Madrid?

10 de abril de 2017: el titular del Juzgado de Instrucción número 30 de Barcelona anuncia que enviará a juicio a los ex directivos de Catalunya Caixa Narcís Serra y Adolf Todó, así como a otros 39 exmiembros de su consejo de administración, por los sobresueldos a la antigua cúpula de la entidad bancaria.

Además, el juez impone una fianza de 9,5 millones de euros a Serra y Todó, así como a los otros miembros del consejo de administración que aprobaron los incrementos de ingresos con cargo a las cuentas de la entidad, cuando sufría pérdidas millonarias e iba a ser intervenida por el Fondo de Reestructuración Bancaria Ordenada (FROB). La Fiscalía Anticorrupción, por su parte, pide cuatro años de cárcel para el ex presidente de Catalunya Caixa y exvicepresidente del Gobierno Narcís Serra y otros quince consejeros de la entidad por los “escandalosos” sueldos e indemnizaciones que aprobaron para sus exdirectivos entre los años 2009 y 2011, pese a la crítica situación de la antigua caja de ahorros.

Pero la prensa, de nuevo, prefirió un breve apunte y a otra cosa. ¿Tan poco le parece el comportamiento de quién fuera vicepresidente, responsable de una de las familias socialistas más desbocadas y responsable del mayor boquete financiero de la historia de España?

Porque Caixa Catalunya fue la obra final del exvicepresidente socialista del Gobierno Serra que, comandada por Todó, ha provocado un agujero de 12.676 millones, claramente superior al de Bankia en proporción al tamaño (la entidad catalana era cinco veces inferior a la madrileña), y superior incluso en términos nominales al coste desembolsado para rescatar BFA-Bankia -12.347 millones-.

Una caja cuya gestión hizo saltar las alarmas del Frob hace ya años tras comprobar el manejo sin el más mínimo control de una de sus principales carteras de hipotecas -'la Cartera Hércules', de 7.000 millones de euros-.

Una caja en la que se concedieron miles de hipotecas por valor de entre 200.000 y 450.000 euros a personas con ingresos netos declarados inferiores a 20.000 euros y en la que, sin especificar motivo alguno, se decidió refinanciarlas masivamente en pleno repunte de la morosidad por la crisis.

Caixa Catalunya fue la obra final del exvicepresidente Serra, que ha provocado un agujero de 12.676 millones, superior al de Bankia en proporción

Y una caja en la que, según Anticorrupción, se aprobaron aumentos retributivos pese a la "situación crítica" de la entidad hasta dejar los ingresos de Todó en 812.501 euros, y las dietas de Narcís Serra en 135.707.

Pero, quizás, lo más destacable sea que el momento elegido para elevar esos ingresos de la cúpula fuese justo cuando la caja empezaba a solicitar asistencia oficial por su crítica situación financiera. Los aumentos retributivos se realizaron entre enero y octubre de 2010, mientras que en julio de ese mismo año se solicitaban 1.250 millones al Frob. En octubre de 2011, otros 1.718 millones. Y en diciembre de 2012, otros 9.084 millones. Catalunya Caixa cerró, de hecho, 2012 con unas pérdidas de 12.000 millones.

Una situación financiera de la entidad que no frenó la mejora patrimonial de Todó: la persona de confianza de Serra, presidió Catalunya Caixa entre octubre de 2011 y mayo de 2013, periodo en el que ganó un total de cuatro millones -3,1 en retribución fija y 0,8 en retribución variable- y en el que se aseguró pólizas y planes de pensiones por valor de otros 8,2 millones. Por si fuera poco, disfrutó de un blindaje por posible despido de cuatro millones de euros.

En plenas maniobras para mejorarse su dinero, aplicaron un ERE que afectó a 1.600 empleados de la entidad

Y, todo ello, cuando en 2010, justo el periodo de los acuerdos de subida salarial para la cúpula, Caixa Catalunya aprobaba un expediente de regulación de empleo que afectaba a 1.600 personas en total.

Esa es la descripción de los hechos que rodean a la persona que tan poco interesa a determinada prensa: exvicepresidente del Gobierno, dimitido por un escándalo de espionaje que incluía el Rey, políticos y periodistas, ex secretario general de un partido decisivo en el freno o no del desafío separatista, presidente de la entidad financiera protagonista del mayor agujero financiero de la historia de España, en juicio por sobresueldos y hasta protagonista de excepción de un ERE multitudinario mientras la cúpula de su caja se subía sueldos y pedía rescates a todos los españoles.

¿De veras no interesa su crítica? ¿O es que forma parte del grupo de intocables?