| 26 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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¿Obras en casa?. ¡Cuidadito a quién contratas porque puede ser un "pistolero"!

Toma nota de estos consejos imprescindibles para no caer en manos de un estafador

| Ely del Valle Opinión

Que proliferan los constructores hacen lo que les da la gana sin que nadie les ponga freno, es una realidad solo comparable a la de las empresas de telefonía móvil que gozan de una impunidad difícilmente explicable. Es vox populi que meterse en obras un poco importantes, ya sea para reformar tu casa o para construirla desde cero es comenzar una guerra a la que ir aprendido si no quieres acabar como el rosario de la aurora, en manos de un sinvergüenza que va a intentar exprimirte los bolsillos hasta límites insospechados.

Es cierto que nunca se puede generalizar y que, como en todas partes, hay profesionales responsables y empresas serias, pero también es cierto que el gremio en cuestión es de los que peor fama tienen y con razón: en un 90% de los casos, las empresas constructoras de poca monta, ni cumplen con el contrato que firmas con ellas, ni acaban las obras en el plazo estipulado, ni por supuesto, pagan las indemnizaciones recogidas en ese documento que se supone que ambas partes deben respetar . ¿Por qué? porque saben que tienen la sartén por el mango y que, como te metas a reclamarles por la vía mercantil el dinero que legalmente te corresponden, dejan la empresa inactiva, se declaran insolventes y ahí te quedas tú, compuesto con el juicio ganado, sin ver un euro y teniendo que pagar lo que te ha costado el abogado de turno.

Hay cosas que no tiene un pase y una de ellas es que nadie – y cuando digo nadie, me refiero de manera muy concreta a Inspección de Trabajo y a Hacienda– meta mano a un sector que en ocasiones actúa como una verdadera mafia, coaccionando al cliente y/o amenazándole directamente, que sigue pagando cantidades ingentes de dinero en negro, que muchas veces subcontrata a espaldas de la Seguridad Social y que abre y cierra empresas a conveniencia.

Proliferan las empresas constructoras de poca monta, que ni cumplen con el contrato, ni acaban las obras en el plazo estipulado, ni por supuesto, pagan las indemnizaciones correspondientes

En los últimos meses no solo yo he sido víctima de uno de estos conocidos popularmente como "pistoleros" o "piratas". Tengo alrededor varias personas que con toda su buena fe y una gran dosis de ilusión han emprendido reformas que han terminado convirtiéndose no solo en una pesadilla, también en una auténtica estafa. Y lo peor es que cuando intentas buscar ayuda legal, lo que te vienen a decir es que es el pan nuestro de cada día y que te vayas olvidando de conseguir algún tipo de compensación porque a la hora de la verdad, los que terminan pagando son tan pocos que resultan casi una anécdota.

Por eso, si estás pensando en meterte de lleno en una reforma importante o tiene en mente construirte una casa hay algunos consejos que debes seguir al pie de la letra si no quieres sumar tu nombre al listado de víctimas:

1.- Si tu obra necesita un arquitecto o un aparejador nunca lo contrates a través de la empresa que va a ejecutarla. La dirección de obra debe velar por los intereses del cliente, que en teoría debes ser tú. Sin embargo cuando la empresa o el constructor de turno te ofrece a sus propios arquitectos por un precio módico ( cuidado con la trampa) lo que realmente te están ofreciendo es a unos profesionales que lo que van a hacer es trabajar a favor de los intereses de quien les paga, que son ellos. Desde el punto de vista ético, esto es una aberración a la que alguien debería poner freno y que puede salirte muy cara.

2.- No firmes ningún contrato que no haya sido revisado previamente por un abogado experto en le tema. Hay cláusulas que aunque aparentemente son inofensivas, pueden volverse en tu contra a la mínima.

3.- Busca referencias. Parece obvio, pero a veces nos dejamos guiar por un conocido que conoce a alguien que le ha recomendado determinada empresa. No te fíes. Ahora, gracias a internet, es muy fácil buscar opiniones y saber si las empresas son fiables o no. Léelas todas porque puede haber alguna que te dé la clave de en manos de quién te vas a poner antes de dar el paso.

4.- Exige que te enseñen in situ alguno de los trabajos que hayan realizado previamente y confirma que, efectivamente, los han realizado ellos ( hay empresas que te enseñan fotos de casas que no han construido o de obras que no han hecho). Si puedes ponerte en contacto con alguno de los dueños, mejor que mejor.

5.- Una vez que comience la obra comunícate siempre con el responsable por escrito vía correo electrónico para tener pruebas contundentes en caso de que por desgracias tengas que acudir a la vía judicial. Es posible que en alguna de esas comunicaciones, si lo que realmente quieren es estafarte, encuentres un resquicio para poder denunciarle por lo penal, y eso ya es otra cosa.

En definitiva, ya que los que deberían meter mano a este asunto no lo hacen – ellos sabrán por qué – tomemos todas las precauciones para no salir como gato escaldado.