| 05 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Escrache a VOX: Pedro Sánchez quiere gobernar ahora contra media España

El líder del PSOE busca un veto total a un partido constitucional mientras pacta con Rufián o con Otegi: el símbolo de cómo piensa gobernar si logra la investidura.

| Antonio Martín Beaumont Opinión

 

 

“Dos que duermen en el mismo colchón se hacen de la misma condición”. Los escraches y la “alerta antifascista”, marca de la casa de Pablo Iglesias, parecen ahora asumibles para Pedro Sánchez. Tanto, que el socialismo está dispuesto a llevar tan antidemocrática práctica al Congreso.

Las víctimas, lo presente como lo presente la coalición en ciernes, son los millones de españoles votantes de Vox.

Pocas horas faltan para que la XIV Legislatura abra con una escena que vaticina lo que quiere ser el nuevo mandato de Sánchez: un Gobierno contra media España. La constitución de las Cortes Generales quedará marcada por el “cordón sanitario” que la izquierda intentará imponer contra el partido de Santiago Abascal.

Borrar a 3.5 millones

PSOE y Podemos, con la complicidad de ERC y PNV, pretenden expulsar de la Mesa del Congreso a la tercera fuerza política. Borrarla del mapa sin contemplaciones: 3,5 millones de españoles no importan.

Tampoco importa el hecho de que Unidas Podemos obtuviese poco más de 3 y el partido de Gabriel Rufián 870.000: no todos los votantes merecen el mismo respeto. La “alarma democrática” en la que vivimos exige medidas draconianas. El credo sanchista, de obligado cumplimiento, reza: “Renuncio a Vox, a sus seducciones, a sus pompas y a sus obras”.

 

En el laboratorio esquizofrénico por el que se mueve Sánchez, todo  muta hasta parecer lo contrario. Nuestro gran riesgo es el partido verde... y, sin embargo, es legítimo que un expresidente como Zapatero blanquee a un terrorista como Otegi.

O que la presidenta socialista de Navarra pacte sus presupuestos con los herederos de los asesinos de muchos de sus antiguos compañeros de partido. Por no hablar, claro, de lo edificante que resulta ver al líder del PSOE negociar su investidura con Junqueras, que está en la cárcel por intentar acabar con España.