| 26 de Marzo de 2024 Director Antonio Martín Beaumont

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Regeneración

El 'tufo autoritario' de Gobierno hace necesaria una regeneración democrática mandando al 'sanchismo' a la oposición en España.

| Fernando de Rosa Opinión

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En España estamos sufriendo distintas crisis que lastran nuestro futuro más próximo. La crisis económica es la que está castigando de forma más intensa nuestros bolsillos, pero hay otra crisis que está minando nuestro Estado de Derecho, es la que podemos denominar “crisis institucional”.

Para combatir la crisis económica son necesarias recetas creíbles y un plan para hacer frente a la inflación con bajadas de impuestos, tal como se viene pronunciando desde hace meses, Alberto Nuñez Feijóo. Pero para hacer frente a la crisis institucional es necesario una verdadera “regeneración democrática”.

Como decía el pensador británico, Charles Kingsley, “la única forma de regenerar el mundo es que cada uno cumpla con el deber que le corresponda”. Así pues, en España es necesario que el gobierno de Pedro Sánchez cumpla el deber que le corresponde para evitar que sigamos descendiendo escalones en el ranking de calidad democrática. Ese deber es garantizar la separación de poderes y respetar las reglas de control de la acción del Gobierno.

Lo sorprendente es que el Ministerio de Igualdad se niegue a pedir el informe previo a aprobar la ley del aborto, que tradicionalmente se han pedido, tanto al CGPJ como al Consejo de Estado por “no darles más trabajo”, aunque reconocen que “hubiera sido conveniente”.

Esta conducta prepotente pone de manifiesto el poco respeto democrático que tiene la ministra comunista Irene Montero, y luego se extraña del “bodrio” de leyes que salen de su ministerio.

Igualmente es preocupante que el sanchismo gobernante promueva cinco leyes de la importancia de la “ley Trans”, del “bienestar animal”, la “ley de empleo” y distintas reformas del código penal sin el preceptivo informe jurídico del Ministerio de Justicia, dejando a la ministra Llop en una situación complicada ante los servicios jurídicos de su propio ministerio.

Esta forma de gobernar obviando los informes de los órganos constitucionales y evitando el debate parlamentario es un abuso de poder

Otro desatino jurídico, que pone en duda el respeto del Estado de Derecho del sanchismo, es el abuso de los decretos-leyes, que según la Constitución solo caben en situaciones de urgente necesidad, obviando el debate en el parlamento, y así, en 129 ocasiones se ha utilizado esta figura, que el Tribunal Constitucional ya se ha pronunciado como abusivo.

También es preocupante que se opte por la fórmula de proposición de ley en vez de proyecto de ley para evitar los informes preceptivos, como ocurrió en la “ley de eutanasia”. La diferencia es que el proyecto de ley es una norma propuesta por el Gobierno y por tanto, ha de pasar por los controles jurídicos que establece la Constitución, y la proposición de ley es la manera de canalizar las propuestas de la oposición para que se puedan debatir en el parlamento.

Esta forma de gobernar obviando los informes de los órganos constitucionales y evitando el debate parlamentario es un abuso de poder y sobre todo, refleja un “tufo autoritario” impropio de una sociedad democrática.

No es tolerable que un gobierno que se dice “progresista” utilice “argucias” para laminar el debate en el Congreso y en el Senado, que intente controlar el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional para evitar ser controlado en sus iniciativas, que no respete los informes del Instituto Nacional de Estadística y para evitarlo cese a su presidente, que tergiverse los informes del Banco de España, la Comisión Nacional de la Competencia o incluso las palabras de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que ha tenido que desmentir al propio Pedro Sánchez enviando un video a la convención del Partido Popular celebrada en Toledo.

Un gobierno democrático debe respetar las reglas de la democracia, sobre todo cuando consistan en controles, porque en eso consiste el Estado de Derecho, que el “abuso de poder” no sea la manera de gobernar. Por eso es necesario en España una regeneración democrática mandando al sanchismo a la oposición.