Carmena también quita importancia a la extinción de la raza humana

"No pasa nada, cosillas del día a día". Con esas palabras ha analizado Manuela Carmena la enésima crisis en el Gobierno del Ayuntamiento de Madrid, saldada con un expulsado, varios heridos, seis desalojados, un par de comas etílicos en las inmediaciones y la prohibición de utilizar cubiertos de metal en las comidas navideñas en 'Ahora Madrid'.

Pese a las destituciones y la fractura del Ejecutivo local, Carmena le quita importancia. "No te diré que no deis la noticia, pero no es nada del otro mundo. Si mañana hubiera una guerra nuclear o un apocalipsis zombi que extinguiera la raza humana, encontraríamos una solución mediante el diálogo, seguro", comenta a El Pato Cojo la alcaldesa.

Carmena seguirá haciendo magdalenas aunque el ser humano desaparezca en una guerra nuclear

A primera hora de la mañana, la primera edil destituyó como concejal de Hacienda a Carlos Sánchez Mato, si bien le mantendrá el sueldo y le permitirá seguir imitando al cantante gordito de 'Los sencillos' en las pausas de los plenos.

"Carlos es buen chico, una cosa es que sea una mala persona y otro que no sea un buen chaval, que son cosas distintas y si se dialoga todo tiene arreglo. Ahora que hay sequía, yo dialogaría con las nubes, pero en Moncloa tienen otros métodos y yo los respeto, no sin cagarme en los antepasados de Rajoy", concluyó.

Seguirá todo igual

El concejal destituido se había caracterizado por considerar "ilegítima" la deuda del Ayuntamiento y de presumir a la vez de estar pagándola en tiempo récord, pese a lo cual no veía ninguna contradicción: "Yo me apellido Mato y no mataría a nadie, salvo a algún facha, liberal, conservador, madridista, taurino, heterosexual o fan de Bertín Osborne, y siempre en un sentido metafórico", explicó a este medio.

Carmena, que se ha comprometido a seguir con la línea iniciada "para hacer cada día al menos tres docenas de magdalenas", gobierna en Madrid como podría hacerlo en Beijing, según fuentes de su entorno. "Entre que no se entera y que le gusta más viajar en nombre de los ciudadanos que a Falete ir a un restaurante con autoservicio, que nadie dude de que no bajará la guardia y seguirá dándolo todo por La Habana".

La alcaldesa de Madrid se tomará año y medio de reflexión y, aunque se teme que le pueda doler la cabeza, seguirá pensando muy fuerte en los intereses de todos los madrileños y madrileñas.