| 07 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Escándalo navarro: así marginan a los profesores que no hablan euskera

Mendoza, consejero de Educación de la Navarra de Bildu, es coherente con sus ideas: euskaldunizar las aulas. Lo escandaloso no es él, sino que sorprenda a quien pudo impedirlo y no quiso.

| Pascual Tamburri Opinión

El consejero de Educación del Gobierno de Navarra, José Luis Mendoza Peña, se puso en el ojo del huracán cuando, la pasada semana, propuso una Oferta Pública de Empleo de 425 plazas de docentes para los dos próximos años. De ellas, 320 serán de maestros, y de entre ellos 228 al menos titulados en vascuence. Y contra eso han empezado a opinar partidos, sindicatos, periódicos y docentes, escandalizados por la politización, por la desproporción y en general por la incoherencia con lo que Navarra es.

Hablaremos luego de ellos, o de algunos de ellos. Arrepentidos los quiere Euskadi, y los hace Mendoza, que cumple su palabra, no como otros. Pero veamos antes en detalle qué quiere hacer el consejero de educación del Gobierno de Uxue Barkos, un militante abertzale de siempre, un combatiente sandinista, un maestro declarado independentista que está en el poder con el apoyo de Geroa Bai, EH Bildu, Podemos e IU. Alguien a quien en todo caso conocemos televisivamente bien, y que se ha desnudado en público enseñándonos lo que –al menos algunos- ya sabíamos y decíamos. ¡Y los escandalizados también, puesto que Mendoza ya fue jefe de servicio, digital, en Política Lingüística, gobernando la UPN de Alli!

Razones para el "escándalo" de Mendoza en Navarra

José Luis Mendoza ofrece para 2016 (contra la costumbre de reservar los años pares a las convocatorias de primaria), 320 plazas de maestro además de 14 de inspectores, y deja al menos 91 de Secundaria para 2017 (sin detallar especialidades ni Cuerpos, en este caso). Lo peculiar está en la distribución de esas plazas, y en la relación directa que esa distribución tiene con la ideología del actual Gobierno y su consejero, y no con la demanda y las necesidades de los alumnos.

En primer lugar, lo más llamativo y criticado por los "escandalizados" de la penúltima hora han sido los perfiles lingüísticos. 228 de los 320 nuevos maestros deberán saber euskera, y la mitad de los 7 nuevos inspectores también. Un 70% por ciento de plazas en vascuence como requisito, un 50% de los inspectores con euskera como requisito, y un 100% de todas con euskera como mérito muy valorado. Esto en una sociedad que, lingüísticamente e incluso según datos cocinados por el Gobierno Vasco, en mucho más del 80% ignora por completo el euskera, donde bastantes de los que dicen conocerlo o amarlo no pasan de ser agurtzales, donde incluso en la llamada zona vascófona es mucho más usado el castellano que el vascuence; y en la zona no vascófona el uso del castellano – lengua materna está más allá del 98% y pico, incluso contando los nuevos ciudadanos de lengua materna extranjera.

Mendoza en su oferta no se ajusta a lo que es la sociedad. Tampoco sigue para nada lo que la sociedad navarra quiere: allí donde se ofrecen plazas para alumnos con el inglés u otras lenguas europeas usados como lengua docente, las familias y los mismos alumnos las prefieren a todo lo demás. Sin embargo, el consejero Mendoza ha congelado el programa PAI en las escuelas, a la espera de su "evaluación", y no convoca ninguna plaza para maestros con conocimiento del inglés. Con lo que se entra en un círculo virtuoso desde el punto de vista abertzale: donde no haya docentes que puedan enseñar en inglés no se crearán plazas para alumnos con inglés vehicular, de manera que no podrá seguir subiendo la demanda de alumnos en inglés ni bajando la de vascuence (cono anunciaba por lo demás la mengua del modelo D y la quiebra económica y demográfica de la red colonial de ikastolas) .

En segundo lugar, llama la atención la distribución de especialidades de esas plazas que se quieren convocar. En castellano sólo hay plazas de Maestro especialista en Audición y Lenguaje, Educación Física, Música y Pedagogía Terapéutica, que son sólo 92 y en las que además podrán opositar personas alegando el euskera como mérito. En cambio, no hay plazas de maestro generalista en castellano, todas las plazas de docente de Infantil, de Primaria y de Inglés se convocan en vascuence. Un total contraste con la realidad de Navarra y los deseos de los navarros, que además se une a una propuesta sindical facciosa que ha pasado casi sin ser comentada: Los sindicatos que ahora dominan la Mesa sectorial, los oficialistas y separatistas LAB, ELA y STE-EILAS, exigen que se unifiquen las listas de docentes, tanto para las oposiciones como para las listas de interinos y sustitutos.

¿Qué significa eso en la práctica? Que los que entre conociendo el vascuence y gracias a los puntos que masivamente da ya el conocerlo –no precisamente los méritos académicos- van a poder ser enviados a las aulas de toda Navarra, con lo que si eso se lleva a cabo en breve plazo veremos una euskerización masiva de los cuerpos docentes, con el castellano residual y las otras lenguas docentes y demandadas simplemente suprimidas.

En tercer lugar, al convocarse en general en toda España las convocatorias de primaria en años impares y las de secundaria en años pares, y ante la exigencia y preferencia por el euskera, tendremos un efecto llamada muy bien orientado: en 2016 los maestros euskaldunes de Guipúzcoa y Vizcaya, donde la convocatoria será de secundaria, se presentarán masivamente a las plazas navarras, mientras que los maestros jóvenes navarros, formados en castellano y en inglés, no podrán hacerlo. Serán euskaldunes –de lengua y de ideas- los que cubran las plazas y los que llenen además las futuras listas de sustituciones e interinos.

Los escandalizados que no pueden serlo

Ahí los tenemos, enfadados, protestando, pataleando, quejándose de la injusticia que se anuncia. Con diferentes matices, UPN, PP, hasta PSOE, entre los partidos, y Afapna, CSI-F, APS y demás entre los sindicatos ahora postergados, dicen que lo de Mendoza no puede ser, que es terrible, que qué va a ser esto. Diario de Navarra, en un editorial del mismo 7 de noviembre, dijo claramente que esto es "escandaloso". Un escándalo…

Espero que al llamarlo "escándalo" no quieran decir que ha sido una sorpresa, porque avisados estaban, y hace muchos años. Mendoza, Barkos y todos sus amigos, de Otegi a Urkullu, serán muchas cosas pero si algo son es precisamente sinceros. Ellos quieren lo que siempre han querido, la construcción nacional de su amada e inexistente Euskal Herria, y como pilar de la misma la extensión de su signo y símbolo, la lengua minoritaria a la que llamamos vascuence. Ningún escándalo.

Ningún escándalo, porque Ernesto Ladrón de Guevara lo ha escrito desde hace casi 20 años, lo sigue explicando maravillosamente en La Tribuna del País Vasco y ha venido dos veces a contar a Pamplona, una de ellas hace bien poco: en Álava y en las Encartaciones, y en el mismo Bilbao (sitios todos donde el vascuence era aún menos conocido y usado que en Navarra), los nacionalistas han usado sus décadas de gobierno para imponer el euskera en las aulas, y junto al euskera una nueva identidad nacional y comunitaria, forzando al exilio o la marginación a los resistentes, empezando por los maestros y profesores.

Jesús Laínz ha contado en Libertad Digital, y también en Pamplona, que entre las anormalidades patológicas del sistema español está ésta, el uso tolerado de las aulas, y en especial de la lengua y la historia manipuladas en ellas, para crear nuevas identidades nacionales inventadas como ésta. Malvados cuanto se quiera, asesinos y cómplices muchos de ellos, pero para nada escandalosos, los amigos de Mendoza.

Escándalo es, en cambio, que se escandalicen a) los que en 1986 hicieron la Ley Foral del Vascuence, b) los que con ella crearon las zonas lingüísticas que entregaron un tercio de Navarra a la facción, teniendo por cierto a un cierto Mendoza como gestor administrativo, c) los que siempre han tolerado y financiado las ikastolas y la docencia combinada de euskera y nacionalismo vasco, también "fuera de zona", d) los que inventaron e impusieron los "modelos lingüísticos", e) los que gobernando desde 1991-1996 y viendo lo que se había hecho en las provincias vecinas nada enmendaron, nada cambiaron y dejaron las leyes aumentar el problema, f) los que han permitido, aplaudido y nunca revertido el cambio de nombres a pueblos y otros topónimos, a veces ridículo, siempre innecesario y manipulado; g) los que, gobernando, hicieron que conocer el euskera valga ya en la Administración y en las aulas más que una carrera universitaria, que saber una lengua extranjera o que haber publicado media docena de libros.

Eso es "escandaloso", señoras y señores, arrepentidos después del tiempo que fue de ustedes. Para no parecer "intolerantes", simplemente no hicieron lo que sus votantes y compradores querían. No se escandalicen ahora, pidan sólo perdón y arreglen el error o apártense.
 
Escándalo es que el mismo periódico que guiña un ojo al nuevo poder anunciador y subvencionador, hablando de la "masiva asistencia al Nafarroa Oinez", publicando páginas en batúa y sembrando "moderación", llore ahora sobre la leche derramada. Así empezó La Vanguardia y ya ven.

Escándalo es que les parezca novedad que José Luis Mendoza, honesto ex sacerdote ex guerrillero ex de Cárcar, desnude su corazoncito separatista y cumpla su palabra. Es un político al que algunos rechazamos, resistiremos y combatiremos, pero al que respetamos por su sinceridad y que no nos escandaliza. Sí son un escándalo, en cambio, los que han preferido durante décadas de poder preocuparse prudentemente desde los pasillos y despachos por sus cargos y su ascenso social y económico en vez de por Navarra, por España y por la pobre y honesta gente que les vota y les compra. O compraba.