| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Sánchez esconde su tesis: si es un plagio debe dimitir con urgencia

El presidente hizo bandera de la transparencia y de la higiene pública para acabar con Cristina Cifuentes, derribar a Rajoy o acusar a Pablo Casado. Si plagió, está acabado.

| ESdiario Editorial

 

 

El presidente del Gobierno lleva meses escondiendo la tesis doctoral que le permitió lograr el doctorado y una plaza de profesor universitario, por cierto en una entidad privada. Pero además ayer se negó a exhibirla cuando, en sede parlamentaria, el líder de Ciudadanos se lo reclamó para poner fin a las sospechas o, por contra confirmarlas.

Lo que se sospecha es que Sánchez no hizo tal tesis o la plagió o alguien lo hizo por él; y la negativa a someter su trabajo al escrutinio público acrecienta las dudas

Lo que se sospecha es que Sánchez no hizo tal tesis o la plagió o alguien lo hizo por él; y la negativa a someter su trabajo al escrutinio público acrecienta las dudas, que no terminan ahí: también debería aclarar cuál fue el procedimiento para obtener el doctorado, cuáles han sido sus relaciones exactas con el tribunal examinador y, por último, qué le llevó a la Universidad Camilo José Cela a contratarle a él frente a otros aspirantes a la plaza.

Seguramente tiene algo de exagerado este milimétrico escrutinio a la vida académica de los políticos, pero si alguien no puede quejarse de ello es Sánchez. Fue su partido quien hizo bandera de la transparencia y de la higiene pública para acabar con Cristina Cifuentes, derribar a Mariano Rajoy o acusar a Pablo Casado.

 

 

Y lo hizo hasta el punto de convertir esa máxima regeneradora en la justificación para llegar al Gobierno sin ganar las Elecciones y de mano de los partidos independentistas, Bildu incluido. Sánchez no tiene derecho, sin más,  a esconderse ahora en tecnicismos y, mucho menos, a hurtarle a la opinión pública las explicaciones que él ha ido exigiendo a todo el mundo.

Sánchez no tiene derecho, sin más,  a esconderse ahora en tecnicismos y, mucho menos, a hurtarle a la opinión pública las explicaciones que él ha ido exigiendo a todo el mundo

Un cargo público, en estos tiempos que corren, tiene unas obligaciones de ejemplaridad especiales. Y Sánchez no es una excepción, sino el máximo rehén de esa máxima. Que no haya ofrecido ni una prueba solvente de que no le regalaron el doctorado y se refugie en normativas discutibles es lamentable e indiciario de algo muy grave. Tanto como para costarle a él mismo la dimisión si no aclara este asunto con urgencia.

Porque si es cierto lo que ya publican varios medios y Sánchez plagió el trabajo que le permitió acceder a una titulación y un trabajo que a otros les cuesta mucho esfuerzo o nunca logran, su salida de un puesto que tampoco logró en las urnas es inevitable y necesaria.