| 19 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Carmen Calvo, terrplanista
Carmen Calvo, terrplanista

La teoría terraplanista de Carmen Calvo para explicar el coronavirus en España

La vicepresidenta dejó una hilarante intervención para "explicar" la gravedad de la pandemia según los países. Y las redes no se lo han perdonado.

| El Retuitero Opinión

 

 

 

El Gobierno no ha sido diligente en la contención del coronavirus, pero nadie lo ha hecho mejor buscando excusas sonrojantes para explicar la virulencia y mortandad con que ha afectado a España. Que si estamos más al Este, que si hay muchos viajeros, que si nuestras costumbres sociales... Todo para esconder que países con los mismos turistas, el mismo apego por el roce y más cercanos a Italia o China tienen infinitamente menos fallecidos porque, simplemente, tomaron medidas antes.

Pero entre todas las "explicaciones", con permiso de Fernando Simón, la más sonrojante ha sido la de la vicepresidenta Carmen Calvo, más propia de un terraplanista que de una alta autoridad del Estado que, además, ha pasado por la enfermedad:

 

 

Y es que al parecer, según Calvo, el virus solo sabe viajar en línea recta y eso aclararía por qué España tiene casi 40 veces más víctimas mortales que Grecia. Es difícil de creer que toda una vicepresidente sea capaz de sostener esa teoría en sede parlamentaria, pero ahí tienen el vídeo para comprobarlo con sus propios ojos. Lógicamente, no se lo han pasado:

 

 

Con Calvo ya llueve sobre mojado, no en vano fue ella quien dijo que "el dinero público no es de nadie" o quien confundió la expresión latina "dixit" con los ratones Pixie y Dixie. No es de extrañar el zasca subsiguiente:

 

 

Y uno más, ya definitivo, que pone en cuarentena la viabilidad de Calvo como vicepresidenta, como potencial ministra de Educación y, en general, como casi cualquier cosa con tribuna pública. Si son secuelas de la dolencia de la que se recuperó felizmente, se lo perdonamos. ¿Pero qué excusa tiene ante otras meteduras de pata pretéritas?

 

 

Ver para creer. Y oír para llorar.