| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Enric Hernández, en una de sus participaciones en La Sexta, junto a Sánchez
Enric Hernández, en una de sus participaciones en La Sexta, junto a Sánchez

¿Será Enric Hernández el próximo hombre fuerte de la Comunicación de Sánchez?

El líder del PSOE no tiene garantizada su investidura, pero entre bambalinas ya prepara algunos nombres para puestos clave. Y éste es uno de ellos para dos posibles destinos.

| El Topo Opinión

 

 

Pedro Sánchez no sabe cuándo será presidente o si lo será siquiera o tendrá que someterse a unas nuevas Elecciones Generales, pero en Moncloa trabajan como si estuviera garantizada la investidura y, en pleno mes de agosto o a principios de septiembre, fuera a producirse por rendición de Podemos.

Tan es así que, desde hace tiempo, el propio Sánchez y su equipo más directo trabaja en el rediseño del Gabinete y de algunos de los puestos clave en el inmenso organigrama del poder que maneja cualquier Gobierno. Dos de esos destinos estratégicos son la secretaría de Estado de Comunicación y la dirección de RTVE, desde los cuales se maneje el cotarro informativo del sanchismo, tan hegemónico por lo demás en el campo mediático.

Y para ambas plazas suena la misma persona: el catalán Enric Hernández, director de El Periódico de Cataluña hasta que, coincidiendo con las Autonómicas del pasado mes de mayor, fuera sustituido en el cargo por Prensa Ibérica, nueva propietaria del Grupo Zeta.

 

De Hernández, muy en la línea del PSC, se valora su capacidad como puente con la izquierda catalana y el nacionalismo moderado (si acaso éste existe), aunque sea detestado profundamente por el independentismo más de derechas, el del PdeCat de Puigdemont y Torra, a quien tanto fustigó desde las páginas del diario catalán, especialmente por los atentados de Las Ramblas y las chapuzas que lo rodearon.

Su desembarco, sin embargo, solo sería posible si Miguel Ángel Oliver, célebre periodista vinculado toda la vida a la Cadena Ser y a Cuatro, despejara el camino voluntariamente o inducido por el propio Sánchez, si éste se deja influir por Iván Redondo y Carmen Calvo, no muy partidarios del exitoso presentador de informativos que fue hace poco más de un año uno de los fichajes más sonoros del Gobierno de la moción de censura.

El Plan B

Dejarle ahora tirado sería, por decirlo en palabras castizas, una "guarrería", por lo que Moncloa tiene un Plan B si se empeña en incorporar a Hernández a toda costa: que sea su hombre fuerte en RTVE, otro destino goloso, problemático y pendiente de una reforma que acabe con el reinado eternamente provisional de Rosa María Mateo.

Hernández ya sonó desde el principio para este puesto, que le daría la jefatura editorial de una casa en la que ha colaborado, como tertuliano, en innumerables ocasiones durante los últimos años. Para ese puesto no hace falta esperar a que el Parlamento resucite el concurso de selección de presidente, lo que avala aún más sus opciones. Ahí queda dicho, pues.