| 20 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pedro Sánchez, este lunes al anunciar el adelanto electoral.
Pedro Sánchez, este lunes al anunciar el adelanto electoral.

Sánchez busca activar el voto útil de la izquierda contra el avance de PP y Vox

La clave del 23-J: según fuentes socialistas, el presidente cuenta con que en estos dos meses se tienen que conformar 5 nuevos gobiernos autonómicos con el acuerdo de Feijóo y Abascal.

| Esther Jaén Opinión

 

 

“El PSOE asume que debemos esforzarnos por hacer las cosas mejor”, decía anoche la única voz autorizada que comparecía públicamente en nombre de la dirección federal del PSOE, la ministra de Educación y portavoz del partido, Pilar Alegría.

Mientras la ministra hacía acto de contrición, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, seguía atentamente la evolución de los datos desde el Palacio de la Moncloa, que no fueron en absoluto los esperados. “hemos perdido mucho, confesaba anoche un miembro del Gobierno a este periódico, por muy poco”.

Lejos del ánimo y del interés de Pedro Sánchez está la posibilidad de conjugar los verbos “dimitir” o “retirarse” de la carrera electoral

Pero lo cierto es que el PSOE y la estrategia de Moncloa fracasaron en sus objetivos y han perdido plazas que tenían previsto revalidar hace tan solo diez días. La tendencia no era favorable, pero la campaña fue letal para la parroquia socialista y el batacazo socialista llevó a Sánchez a jugar su última baza.

 

Lejos del ánimo y del interés de Pedro Sánchez está la posibilidad de conjugar los verbos “dimitir” o “retirarse” de la carrera electoral. Muy por el contrario, Sánchez cerraba su estrategia final tras leer con detenimiento los datos electorales y anticipar los escenarios que se van a dar en la política española en los próximos dos meses. Anoche, solo su asesor áulico, Óscar López conocía la decisión del presidente de adelantar las elecciones al 23 de julio.

El críptico “Recogemos el guante, entendemos el mensaje” pronunciado por Pilar Alegría, anticipó un cambio de calado, que llevó a creer a varios miembros del Gobierno que se avecinaba una crisis en el Ejecutivo y que su puesto estaba en el aire. Tampoco sabían en Ferraz – ni la propia Alegría, ni el secretario de Organización, Santos Cerdán,- del próximo paso a dar por Sánchez, pero esta mañana entendían a la perfección la jugada y los motivos que llevan al presidente del Gobierno a ese adelanto electoral.

Sánchez confía en dar la vuelta a la situación, siempre que la estrategia del voto útil y pactos posteriores le funcione. Si no es así, no tiene nada que perder, simplemente, habrá adelantado su salida del Gobierno unos meses.

En primer lugar, según fuentes socialistas, el presidente cuenta con que en estos dos meses se tienen que conformar 5 nuevos gobiernos autonómicos con el acuerdo y – si es cierto lo que pregona el líder de Vox, Santiago Abascal, también con la presencia de la formación de extrema derecha en los nuevos Ejecutivos.

 

Sánchez, este lunes en la reunión de la Ejecutiva Federal del PSOE.

 

Con esa visualización explícita, con las negociaciones abiertas entre PP y Vox cuenta Sánchez para tratar de movilizar a votantes que -entiende el líder socialista- votaron anteriormente al PSOE y no han dado su voto al PP, pero sí le dieron la espalda anoche al socialismo.

A Sánchez no le salen las cuentas. Si el PSOE había ganado por un millón y medio de votos al PP en 2019, si Cs, desmoronado anoche por completo, obtuvo un millón ochocientos mil votos en 2019 y no revalidó su presencia en una sola CC.AA y apenas ni en grandes municipios, pero el PP sólo aventajó al PSOE en ochocientos mil.

El presidente cuenta con que en estos dos meses se tienen que conformar 5 nuevos gobiernos autonómicos con el acuerdo y si es cierto lo que pregona Abascal, también con la presencia de la formación de 'extrema derecha' en los nuevos Ejecutivos.

¿Dónde estaban una parte importante de los antiguos votantes socialistas? ¿En la abstención? A ellos se dirigirá precisamente la campaña del PSOE, a los cabreados, tanto con el PSOE como con la izquierda del PSOE, severamente castigada también ayer en las urnas. La estrategia que diseña el presidente del Gobierno pasa por llamar al voto útil, frente al avance de las alianzas PP-Vox en buena parte de España.

Y eso incluye también a buena parte del nacionalismo y al independentismo catalán y vasco, que, si bien tienen sus propias opciones, son además susceptibles de -eventualmente- depositar su voto en la urna socialista, en un intento por frenar el avance de Vox, en cuyo catecismo lleva escrito la propia ilegalización de estos partidos.

En esta batalla no hay amigos: Sánchez quiere fagocitar voto “útil” de quienes han sido sus socios hasta ahora. Después del 23 de julio, ya se verá si vuelven a encontrarse, pero ahora busca el voto de Unidas Podemos que ayer se convirtió en extraparlamentario en buena parte de los territorios donde concurría, o de “Sumar”, que no se ha acabado de concretar, pero también de ERC, de Bildu o del PNV si se tercia.

Quizás inspirado en lo que ocurrió en 1993, cuando nadie daba un duro por un nuevo Gobierno de Felipe González y parecía que el PP irrumpiría con mayoría absoluta en el Gobierno español, pero mucho votante nacionalista se decantó por votar a González para evitar la llegada de José María Aznar al poder, el caso es que Sánchez confía en dar la vuelta a la situación, siempre que la estrategia del voto útil y pactos posteriores le funcione. Si no es así, no tiene nada que perder, simplemente, habrá adelantado su salida del Gobierno unos meses.