| 18 de Abril de 2024 Director Benjamín López

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Pablo Iglesias
Pablo Iglesias

A.C.A.B.

A.C.A.B.  es la sigla de la frase inglesa “All cops are bastards” y Pablo Iglesias es el máximo representante del “acabismo" en España.

| Fernando de Rosa Opinión

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A.C.A.B.  es la sigla de la frase inglesa “All cops are bastards”( en español: “todos los policías son bastardos”), es la frase que podemos ver pintadas en algunas calles de nuestras ciudades y es la que es utilizada por los grupos radicales de extrema izquierda en todo el mundo.

El ex-vicepresidente del gobierno Pablo Iglesias, que durante dos años acompañó a Pedro Sánchez en las tareas de gobierno, es el máximo representante del “acabismo” en España. Realmente siempre ha sido su manera de referirse a nuestras Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, creando escuela en su partido Unidas Podemos, que tiene el triste récord de condenas por  ataques e  insultos a policías y guardias civiles, es decir contra todos aquellos que se dejan la piel en garantizar la seguridad ciudadana.

 

La última ocurrencia de este “personaje” ha sido la defensa de la condenada Isabel Serra por agredir e insultar  a una mujer policía con la frase: “Eres cocainómana, mala madre e hija de puta”, en su actuación la condenada diputada de Podemos causó desórdenes públicos y daños. Pues al exvicepresidente de Pedro Sánchez no se le ocurrió más que afirmar que “ con cinco tías como Isa Serra, veríamos correr a toda la policía municipal de Madrid”, llegando a afirmar que con “sus cabelleras haría una hoguera con Arnaldo Otegui en Arralde”.

 Lo grave no solo es el ataque a una sentencia del Tribunal Supremo, una más, sino que alude a un condenado por colaboración con banda terrorista como es Otegui, como cómplice para escarmentar a los policías. Frase que ha hecho revolver el estómago a toda persona de bien de nuestro país después de recordar  los policías y guardias civiles asesinados  por parte de los compañeros del condenado Otegui.

Pablo Iglesias y su partido Unidas Podemos son el símbolo de una ideología basada en el odio y el enfrentamiento, siendo lo más grave que debido al sanchismo gobernante tienen una clara influencia en la política española. Para ellos somos “bastardos” y por tanto susceptibles de ser agredidos todos aquellos que defendemos el estado de derecho, en cambio debe de prevalecer el “escrache” callejero como método de “jarabe democrático”.

 

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Pero el caso de Isabel Serra no es aislado, también ha sido condenado en el Tribunal Supremo por agresión a los agentes de la autoridad el diputado “podemita” Alberto Rodriguez, la sentencia describe cómo pateó a un policía causándole lesiones. En esta lista de condenados también podemos destacar al que fue diputado de Podemos por Huesca, Jorge Luis Bail, que fue declarado culpable de los  delitos de  resistencia a la autoridad y de lesiones a un agente de la Guardia Civil. E incluso la actual vicepresidenta del gobierno Yolanda Díaz fue investigada por el Juzgado de Instrucción nº 25 de Madrid por un supuesto delito de atentado a la autoridad durante una manifestación acaecida en 2019, en la que se agredieron a policías.

Todas estas sentencias que declaraban probadas las agresiones han sido atacadas por estos personajes siniestros, que incluso se reunieron junto a Bildu en una sala del Congreso de los Diputados para denunciar lo que ellos denominan “el franquismo de las togas”, de nuevo se apoyan en el partido que tiene entre sus filas a condenados por colaborar con ETA, banda terrorista que asesinó a jueces y fiscales durante nuestra democracia.

Es tan larga la lista de condenados de miembros de Podemos que la actual ministra Ione Belarra , secretaria general de Unidad Podemos, propuso cambiar el código ético del partido para que los miembros del mismo no tuvieran que renunciar a sus cargos en caso de condena judicial.

 Las siglas A.C.A.B. son la manera cobarde de insultar a los agentes de la autoridad, por eso siempre que las veamos o leamos debemos pensar que significan “acabemos” con estos “odiadores” profesionales y los que permiten que estén en el gobierno, con la fuerza de nuestros votos introducidos de forma valiente en la urna.