El pisito de Ana Boyer y Verdasco desata suspicacias entre los peor pensados

Ana Boyer y Fernando Verdasco destilan felicidad por todos sus poros. Y no sólo en los distintos perfiles que ambos tienen en redes sociales –y en los que no dejan de subir fotos juntos y bien avenidos- si no, cómo no, en las portadas y reportajes de la revista Hola que suelen protagonizar.

Después de confirmar su relación, de dar rienda suelta a diversos posados veraniegos, el paso a seguir –antes de que un día, no muy lejano, anuncien su boda- era mostrar el nidito de amor que se han “construido” en Madrid.

Esta semana hemos podido ver en el citado semanario la espectacular casa a la que Boyer y Verdasco se han ido a vivir en pleno centro de Madrid. Nada más y nada menos que en una de las calles más cotizadas de la capital, en el Paseo de la Habana y cerca del estadio Santiago Bernabeu, y junto a vecinos tan ilustres como Esther Koplowitz y sus hijas.

La facilidad con la que Ana y Fernando parecen haber conseguido amueblar su piso ha levantado las suspicacias

Una “humilde” vivienda de más de trescientos metros cuadrados en la que tan sólo hay dos dormitorios (que deben de ser como plazas de toros), salón en dos alturas, cocina, amplia terraza con piscina privada… Vamos, el sueño de cualquiera.

Pero, más allá de eso, a pesar de que se han ido a vivir allí hace pocas semanas, el piso ya está completamente amueblado. Y eso que la hija pequeña explica que no ha querido llevarse nada de papá Miguel, ni de mamá Isabel.

Ana reconoce que se ha dedicado ella misma a elegir las distintas cosas que quería que hubiera en su nido de amor con Verdasco y que, sobre todo, buscaba que fuese juvenil, acogedor y con muchos colores.

¿Ha sido de lo más eficiente Ana?

Ciertas suspicacias

Y es que la facilidad con la que Ana y Fernando parecen haber conseguido amueblar un piso de semejante tamaño ha levantado las suspicacias en los mentideros del corazón. Aunque a golpe de talonario todo es mucho más fácil, cierto es que hay gente que se pregunta si la hija pequeña de Miguel Boyer e Isabel Preysler ha vuelto a caer en errores del pasado.

Sobre todo, deslices que se han atribuido a su hermana Tamara. Y es que, recordemos, que en aquella época en la que la hija de Carlos Falcó se demostraba más despistada que nunca –incluso estrellando su coche en un céntrico Starbucks- presentó también su casa a Hola cuando dejó de vivir en Villa Meona.

Unas bonitas fotos de las que descubrimos, poco después, que gran parte de los muebles que se podían ver en casa de Tamara, y que ésta presentaba como suyos, en realidad fueron alquilados o prestados para el reportaje fotográfico. Algo de lo que empiezan acusar a Boyer y Verdasco.

Maniobra totalmente lícita y habitual en los posados urbanísticos de los famosos patrios y extranjeros. Ya que tienen viviendas de ensueño, lo importante es hacerlas todavía más envidiables a los simples mortales. ¿Estarán Ana y Fernando en esta situación?