Flich, Sálamo y Nebot: silencios sobre la presunta violación de ‘Gran Hermano’

A día de hoy, ni Marta Flich ni Sara Sálamo ni Marta Nebot (‘ han pronunciado una sola palabra sobre la presunta violación que tuvo lugar en ‘GH Revolution’. En eso, las tres coinciden con ciertos colectivos que, lejos de condenar lo sucedido, continúan guardando silencio. Y es que todavía se desprende un cierto clasismo por el que parece que una violación, en ‘Gran Hermano’, es menos violación.

Cada vez pintan más bastos sobre la actitud que mantuvieron la productora del programa, Endemol, y el grupo propietario de Telecinco, Mediaset. El pasado domingo, los directivos de Fuencarral se desayunaron con un sapo de proporciones estratosféricas: una página completa en ‘El País’ sobre el asunto. Y que puede ser el comienzo de la peor pesadilla de Vasile, la que tumbó ‘La Noria’: la retirada de anunciantes y la entrada en liza de la Fiscalía de Violencia de Género.

El vídeo tapando GH la agresion sexual a Carlota hunde Telecinco

Tal vez por eso llama aún más la atención el silencio de Flich, de Sálamo o de Nebot. Las tres destacan por un feminismo militante, por una visión progresista defendida a capa y espada y por fustigar todo aquello que huela a ‘machismo’. Por eso ahora sería un buen momento para aportar su opinión y solidarizarse con Carlota. ¿O acaso una concursante de ‘Gran Hermano’ no tiene derecho a su apoyo?

¿Y ese silencio?

Entonces, ¿por qué ninguna de las tres ha abierto la boca al respecto? Sorprende ese silencio, sí. Aunque habría quien diría que, tal vez, la defensa del feminismo y del progresismo de Flich, de Sálamo o de Nebot sólo se hace presente cuando no afecta a la empresa para la que han trabajado o trabajan: Mediaset.

Así que mientras ninguna de las tres se manifieste al respecto, todo eso serán simples buñuelos de viento. Postureo dedicado a contentar un papel rentable. Brindis al Sol de la corrección política con calculadora. El verdadero valor, los principios, se demuestran cuando hay algo que perder. En este caso, el pecunio. O las expectativas de tenerlo.

Mientras tanto, el silencio sólo demuestra algo: cinismo e hipocresía. Ojalá nos equivoquemos.