Patxi López se guarda un as para frenar el asalto de Susana Díaz a Ferraz

El PSOE ha estallado en pedazos y arde por los cuatro costados. Los planes de Susana Díaz –complicado hallar en la historia de las conjuras tal esperpento– se asientan sobre un barril de pólvora. La baronesa andaluza aspiró a empujar hábilmente sus peones desde la retaguardia para dar el jaque mate a Pedro Sánchez, a quedar limpia de polvo y paja de cara a un futuro desembarco en Ferraz, pero hubo de bajar al barro en la pelea. El violento desalojo del secretario general ha marcado un punto de inflexión en el socialismo patrio y probablemente en la carrera política de Díaz.

El resultado de dejar el partido manga por hombro ha llevado a la Doña a replegarse a sus cuarteles para coger perspectiva y recomponer su imagen. Su fórmula pasa por dejar pasar el tiempo, coser los jirones mirando pa’ Madrid, solucionar su propia sucesión en Andalucía, ir saliendo a escena para poner a caldo al Gobierno de Mariano Rajoy y dejar listo el barbecho del abordaje de la Secretaría General. “El resto lo iremos gestionando a medida que lleguen esos momentos”, sostienen cercanos a Susana Díaz. Pero los vientos que soplan en la formación parecen difíciles de frenar, por mucho que se intente. En el entorno de la baronesa y en la propia gestora socialista caía como un jarro de agua fría un movimiento de Patxi López.

El exlendakari y fugaz tercera autoridad del Estado se vino arriba. Se limitó a decir: “Mejor un mal rato en unas nuevas elecciones que avalar a Rajoy”. Pero bastó. El eco de su frase retumbó en el partido. López sigue siendo un referente interno y mantiene una buena imagen en toda España. Además, su disponibilidad para tener un papel activo en el postsanchismo es total. Por eso, llegó a barajarse su nombre como presidente de la gestora, además de Javier Fernández, pero él supo descartarse para evitar su quema. La cuestión es si el político vasco se apartó de ese fuego hasta que llegue el momento oportuno.

Patxi López se aferra al temor que despiesta una Susana Díaz plenipotenciaria al frente del PSOE

Desde luego, Patxi López parece palpar que Susana Díaz ha quemado un buen puñado de naves ante un XXXIX Congreso Federal al que iba a llegar como amplia vencedora y en el que ya ve algunas federaciones claves dispuestas a negarle su apoyo. Existen reticencias ante la actitud de unos compañeros andaluces que, por ser los más numerosos, han mirado al resto de territorios por encima del hombro y siempre han buscado imponer su “ordeno y mando”. La prevención se ha ido convirtiendo incluso en animadversión. De ahí que amplios sectores teman a una Susana al frente del partido con plenos poderes. Y Patxi lo sabe. Es probablemente su mejor as en la manga.

Y ello, en principio a meses vista del cónclave -primarias de por medio- que debe iniciar la refundación de la segunda fuerza política española, acrecienta la impresión de que nada estará a atado y bien atado, sino todo lo contrario. Ya hay especulaciones y escaramuzas para todos los gustos. El tablero de ajedrez socialista está muy confuso y nadie quiere equivocarse con pasos en falso. Es mucho lo que se juega el PSOE, aunque resultaría irónico que la brutal guerra abierta desembocase en una pirueta final que dejase a Susana Díaz sin el mando de la nave.